En
el trayecto, cogió una escopeta que tenía escondida y en la
proximidades al cortijo de la Fuente del Espino, le salió al paso un
conejo al que le dio caza, siendo en la hora del almuerzo, llego a
otro cortijo en el que residía una familia que conocía al que
ofreció el conejo, se toma un café con ellos brevemente, a lo que
les dijo que se tenía que ir porque se iba hacer una buena cacería
y que iban a estar un tiempo sin verse.
Fue
en busca de el Tribunero, encontrándose primero al hijo de este al
que le pegó dos tiros mortales, el padre del difunto, aunque
alertado por los disparos no se libro de que Pasos
Largos lo sorprendiera y con una herramienta que el
Tribunero
tenía al lado Juan lo cogió y empezó a golpearlo hasta causarle la
muerte. Fue, entonces cuando Pasos
Largos se echo al monte.
Una
vez en el monte, empezó a adquirir fama y hay gentes que le empieza
a imputarle cargos como robos, asaltos a cortijos, amenazas de muerte
entre otras cosas. Lo que si cuenta que fue cierto es que sorprendió
a dos guardias civiles a los que pudo desarmarlos y que luego se las
dio a un zagal para que las entregara a la Guardia Civil y no
castigaran a los dos agentes de la ley.
Otra
actuación de Pasos Largos
que fue muy conocida, fue el secuestro de Diego Villarejo, persona
conocida por pertenecer a la clase pudiente de la comarca. Diego
Villarejo, fue un agricultor rondeño. El día del secuestro iba
acompañado, y cuando iban por un vereón, que precisamente le
llamaban de Pasos Largos,
donde este estaba allí escondido y le salio al paso. Le pidió
sesenta duros si quería ser liberado, a lo que el dijo que no
llevaba tal cantidad de dinero encima por lo cual mando al
acompañante a que fuera a por el dinero con la advertencia de Pasos
Largos de que si no venia con el dinero antes de que se
fuera el sol le daría muerte al secuestrado, a lo que finalmente se
llevo el dinero más un reloj que llevaba encima y los dejo marchar.
Pero por lo visto, Diego no se fue disgustado, porque al paso de un
tiempo busco a Juan para que le guardase su finca. Esto no evito que
las autoridades pertinentes dieran la voz de alarma y pidieran
precaución al salir para no ser secuestrado o asesinado por este
bandolero.
Cuando
Pasos Largos se entrega:
Este
tramo de su vida comienza en un cortijo donde un grupo de gañanes se
reunían para comer y en unas de sus conversaciones salo el tema de
Pasos
Largos diciendo
que caminaba por todas partes, y paradojicamente estaba vigilando
desde un tejadillo cercano del que nadie se percato de su presencia.
En plena conversación saliendo la casera, que en el caso de que
apareciera por allí no le daría ni lo más mínimo, que no se le
ocurriera aparecer por el cortijo. A lo que aprovecho la mañana
siguiente al cortijo, estando la casera completamente sola y
arrimando una olla a la candela la sorprende, os transcribo una parte
de lo ocurrido:
-Mira -le
advirtió él-, no vayas a chillar, que no voy hacerte daño ninguno.
La mujer, ya ves,
viéndole de venir quedó blanca como la cera.
-Me ha dicho un
pajarito que tú anoche te hartaste buen de decir que si esto y que
si lo otro... ¿no es verdad? Pues mira, pa que te hagas un recuerdo
mío vas a ir apartando esa olla de la estrebes.
Pasos Largos,
cuando la mujer tuvo apartada la olla, gruesa como era, la arremango
las enaguas, que entonces las mujeres viejas no usaban bragas, y la
sentó de culo en las estrebes poniéndole su sello en los cachetes.
¡ea, y ahora
cuando venga tu marido y los gañanes, les dices quién te lo ha
hecho!
“Bandoleros
en la Serranía de Ronda”,
Isidro García Cigüenza.
Llegado su marido a
casa, se encontró a su esposa chillando una y otra vez, y esa misma
noche traspusieron a Montejaque.
Cuentan
que Pasos
Largos llego
a frecuentar la zona del Peñón del Mure, pues al parecer andaba
liado con la mujer de un cabrero y que en ocasiones se quedaba a
tomar café y a echarse la siesta. Al enterarse esta mujer de lo
ocurrido le cogió mucho susto y que los guardias estaban recorriendo
todo, ella les contó las visitas que el le hacia a ella y fueron a
darle captura. El día de la captura ella le echo al café unas
hierbas para que cogiera un sueño más profundo y llegado el momento
ella los avisa para que entre, pero por fortuna para Pasos
Largos
se dio cuenta mientras estaba dormido, pues no le hizo mucho efecto
las plantas y notando el ajetreo en el exterior y la casa de la
cabrera las paredes estaban hecha de pasto y pudo salir sin que
fuera visto. Cuando uno de los guardas llegó a darse cuenta, él ya
había cogido mucha ventaja, se fueron en su busca y tras varias
insistencias de echándole el alto al que el hizo ningún caso
empezaron los tiros dándole uno de ellos en el pie, pero aún así
no llegaron a cogerlo al llegar la noche. Según cuenta esto fue un
mes de septiembre, llegando le a hincharse mucho el pie y fue en
busca de un médico en La Indiana que él conocía, le curo como
buenamente pudo, pero no remitía el dolor y el hinchazón del pie,
a lo que él médico le aconsejo en varias ocasiones que se
entregara, pues el camino que llevaba iba a perder la pierna. Pasos
Largos acepto,
y el médico fue a Ronda en busca del compadre de Pasos
Largos,
que regentaba el café Sibajas para que lo viniera y lo llevara al
cuartelillo, donde se entrego voluntariamente.
En
el año 1932, según la prensa, en el mes de marzo de ese mismo año,
coincidiendo con la salida del país del rey Alfonso XIII y la
consiguiente proclamación de la II República, fue motivo de dar
libertad a muchos presos, entre ellos Juan José Mingolla Gallardo.
Al ser puesto en libertad, lo primero que hizo Pasos
Largos,
fue irse a El Burgo a visitar a su tía María la
Paloma.
Enterado
de la llegado de Pasos
Largos al
pueblo Diego Villarejo, le hizo llamar y le ofreció el ser el guarda
de su finca, trabajo que solo le duro dos meses, pues él no quería
estar debajo de nadie, siendo su idea de seguir siendo rebelde.
Vuelve
al monte y a la cazaría furtiva con casi sesenta años. Estando en
unos terrenos que se le conocen como cortijo Turón, muy cercano al
termino de Ardales, cazo unos cuantos conejos y perdices, y teniendo
la faena hecha en una época en el que el calor era abundante, se
echo una siesta a la sombre de un quejigo. A eso que aparece el dueño
del cortijo, que se llamaba Paco Abela, y al verlo le saluda a lo que
Pasos
Largos
le devuelve el saludo añadiéndole el siguiente comentario: “Qué,
¿estamos descansando?”
a lo que Pasos
Largos
le contesto “Sí,
aquí estamos descansando, a la frescura del agua”.
No hubo palabras alguna, y llegando al cortijo Turón se encontró a
los guardas tomando café junto a su hermano a lo que le rechisto y
fueron a buscarlo. Dieron con Pasos
Largos
en el mismo lugar a lo que el con la Guardia Civil y diciéndole que
se diera por preso. Él ni se echo a correr, simplemente se levanto y
le pusieron los grilletes y se lo llevaron a Ronda. No tenía permiso
y estando la veda echada estuvo un mes preso, pero durante ese
tiempo no le pegaron. Una vez echado el mes lo soltaron y ese mismo
día se fue para el cortijo de Lifa que era del mismo dueño. Una vez
que había llegado, había allí se encontró a un chaval que se
asusto al verlo, Pasos
Largos
le dijo que se tranquilizara que no tenía intención de hacerle
daño, le cogió una manta, algunos alimentos y unos cartuchos, al
terminar le advirtió al muchacho que mientras estuviera la luz del
día que no se le ocurriera salir del cortijo, pues de lo contrario
ese era el tiempo que le quedaba de vida. Así hizo el muchacho,
espero a que anocheciera y fue cuando salio dirección al pueblo y le
comento al pueblo lo sucedido y fue tal clase de miedo que cogió el
dueño del cortijo a Pasos
Largos
que se encerró en su casa en Yunquera y no salía de allí por
ningún motivo que fuera. Pasos
Largos
se echa al monte una vez más.
Después
de estos acontecimientos, la Guardia Civil estaba tras la búsqueda y
captura de Pasos
Largos
, a pesar de que era un viejo no daban con él, pasaba el tiempo y
todo seguía igual y eso que habían doblado la guardia, pero como no
había hecho nada grave, lo dieron por imposible. Fue por otra
traición la que hizo que dieran con su paradero. Fue en una de las
ocasiones que Juan Mingolla se puso en contacto con tres ceperos, que
eran los que les vendían en Ronda todo lo que él cazaba y le hacían
los recados de municiones, comida y otras cosas. Dos eran de Jimera
de Libar y el tercero era de Ronda al que llamaban Manuel Naranjo,
que fue el que dio el chivatazo en uno de los días que fue a Ronda y
se entrevisto con Salvador Abela, hermano de Paco Abela, que llevaba
aproximadamente un año de encierro en Yunquera. Le pidio, en aquella
época 3.000 pesetas por quitar a Pasos
Largos
de en medio. En ese mismo momento se pusieron un contacto con un
teniente de la Guardia Civil para montar un dispositivo para dar
captura a Juan José Mingolla Gallardo alias
Pasos
Largos.
Lo localizaron en la Sierra Blanquilla en la cueva Palmito situada en
el arroyo del mismo nombre, donde tuvieron un tiroteo dando muerte al
bandolero, con dos tiros, uno en el estomago y otro en el pecho
atravesándole el corazón. Este hecho, sucedió a finales del mes de
marzo de 1934.
Bibliografía:
-Bandoleros
en la Serranía de Ronda.
Isidro García
Cigüenza. Editorial La Serranía
-Pasos Largos, el
último bandolero. (novela)
Salvador Moreno
Valencia. Ediciones Alvaeno.