martes, 28 de abril de 2020

COLUMBARIO DE BENALAURÍA


Columbario procedente del latín columbarium, que literalmente viene a significar palomar. Era un término que empleado desde la Grecia Clásica con lo que designaban aquellos edificios donde las palomas moraban. En la época romana hubo diversas constricciones con similitud física y estructural acogieron esta denominación y con unas aberturas regulares que eran muy similares a las de un palomar, pero con una finalidad totalmente distinta.
Desde entonces, de llamarse columbario unos edificios donde moraban y criaban estas aves, se pasa a identificarse con nichos excavados en la pared de una cueva o más corrientemente en una tumba con carácter de hipogeo, donde depositaban las urnas cinerarias (olla ossuaria).



El columbario romano del Cortijo del Moro se encuentra en la localidad de Benalauría en Málaga. El término municipal de esta localidad se encuentra entre el Valle del Genal al Sur y y el Valle del Guadiaro al norte. Dicho columbario se encuentra en el Valle del Guadiaro muy cercano al río Guadiaro y a la pedanía de La Cañada del real Tesoro (estación de Cortes de la Frontera). Se trata de una edificación para el rito funerario del siglo I d. C., de planta rectangular y siendo una única planta, con unas paredes de tres hiladas de piedras Opus quadratum, es un sistema constructivo donde sillares de piedras de una misma altura se establecían en hiladas paralelas regulares y a menudo sin el uso de montero. En el interior hay varios nichos donde se depositaban las urnas y sobre las hiladas descansan unas molduras de decoración. El techo es una bóveda de medio cañón que comienza como continuación de las molduras y en unos de los extremos tiene una abertura con tres escalones siendo la entrada para poder acceder al interior.
El 21 de octubre de 2007 entro en la lista roja de patrimonio, y el 27 de noviembre de 2017 fue sacada de la lista roja de patrimonio por un plan de actuación y en la actualidad la propietaria lo mantiene en buen estado y al interés de la propietaria se le a añadido el del Ayuntamiento de Benalauría.













Se encuentra en una propiedad privada, las fotografiás fueron realizadas el 28 de febrero de 2016 con previa autorización de la propietaria a unos compañeros de la Asociación Arqueológica ArqueoRonda, teniendo de anfitrión el guarda que nos guío y demostró un buen conocimiento de historia y mejor persona.

viernes, 24 de abril de 2020

TARTESSOS Y FENICIOS

No desearía ni el cuerno de Amaltea ni reinar ciento cincuenta años en Tartessos”
Estrabón (Geografía III, 2, 14)

REPRESENTACIÓN DE LA DIOSA FENICIA ASTARTÉ EN BRONCE CARRIAZO


¿Cuando llegaron los fenicios?
   Establecer una cronología entre los Tartessos y los fenicios no es tarea fácil para los historiadores. Desde hace unas décadas se sostiene que la llegada de los fenicios a nuestras costas fue en el siglo XII a. C. y que fundaron la ciudad de Gadir en el año 1.104 a. C., lo cual lleva que antes de eso hubiera un “puesto avanzado”, es decir, a un pequeño número de personas para mantener un contacto con los indígenas, que con el tiempo vieron las riquezas que tenían los Tartessos en materiales. Referente a la fecha de fundación de Gadir, se basan en los datos recopilados de varios escritos de autores griegos y romanos siendo el más decisivo de todos aquellos un texto de Velayo Patérculo, un historiador romano (Caius Vellleius Paterculus, 19 a. c. 31 d. C.), que afirmaba sin margen de error que Gadir fue fundada 80 años después de la Guerra de Troya. Que según los mismos textos clásicos fue en 1.184 a. C., sin embargo, los restos más antiguos encontrados no suelen pasar del siglo VIII a. C.
   Los especialistas, para solucionar esta situación, comenzaron a utilizar el concepto de pre-colonización, para poder congeniar ambos tipos de fuentes y la pre-colonización se podía explicar el comienzo de las explotaciones geográficas fenicias a lo largo del Mediterráneo y el acercamiento entre colonizadores e indígenas. Dichos encuentros nunca habrían sido abundantes y escasos, lo que lleva algunos asentamientos fenicios de muy escasa entidad y para nada se parecerían a las colonias o ciudades posteriores, siendo solamente pequeñas escala dentro de las rutas comerciales, en las que tal vez vivieran algunos artesanos con un número reducido de personas con el fin de mantener el enclave. Esta sería la etapa pre-colonial.

¿Quienes eran los fenicios?
   Todos aquellos libros de historia que traten de hablar de la historia de uno, no pueden dejar de lado la historia del segundo.
   Fenicios es como los que denominaban los griegos, pero el nombre étnico que se daban los fenicios a si mismo canaaneos que significa “hijos de Canaán”, nombre que viene citado en la biblia:
<<El Señor ha extendido su mano sobre el mar. Ha hecho temblar los reinos. Ha dado orden respecto a Canaán para que destruya sus fortalezas.>>
(Isaías 23, 11)

   Por cuestiones metodológicas, la historia ha utilizado la definición de fenicios, que como decíamos es como lo llamaban los griegos, muy probablemente por los tintes de color púrpura que comerciaban y que eran muy apreciados. Fenicia es el nombre de una antigua región de Oriente Próximo, cuna de la civilización fenicio-púnica, extendiéndose a lo largo del Levante Mediterráneo. Su territorio abarcaba desde la desembocadura del río Orontes al norte, hasta la bahía de Haifa al sur. Poblada desde principios del III milenio a. C. por semitas cananeos. La fenicia histórica se extiende sobre una estrecha franja costera de 40 km, desde el monte Carmelo hasta Ugarit, aproximadamente 300 km.



   Su suelo, al ser montañoso era poco apto para la agricultura, aún así se esforzaban para sacarle provecho, pero se oriento mayoritariamente a las actividades marítimas. Con más razón el mar se impuso a este pueblo, al quedar dividido en pequeñas ciudades estados separados por rocosos espolones, pues el cabotaje era mejor que las vías terrestres para el contacto entre ciudades.




   La economía de los fenicios era el comercio y la navegación, su actividad principal. A pesar de que habitaban una región accidentada, aprovechaban al máximo las posibilidades del suelo para la explotación agrícola, cultivando hasta en las laderas de las montañas.
   Fueron uno de los primeros pueblos antiguos en tener un importante efecto sobre la historia del vino. También hay que destacar la cerámica fenicia, muy utilizada y comercializada; así como los objetos de vidrio coloreado y sus tejidos de lana teñidos con púrpura de Tiro, un colorante extraído de un molusco (el múrice, del género Murex, y cuyo nombre griego -phoinikes, derivado de phoinos: “rojo sangre”- identifica tanto al tinte como al pueblo que lo comercializaba)

MUREX PECTEN

MUREX SP.



   Los fenicios desarrollaron una industria de artículos de lujo muy solicitados en la época y de gran valor comercial, como joyas, perfumes y cosméticos.
   Los fenicios fueron los inventores del alfabeto, comenzó con una serie de ideogramas, un conjunto de símbolos que representaban animales y objetos, a lo que se le asignaba un valor fonético de acuerdo al nombre, en idioma fenicio del animal u objeto representado; este alfabeto solo contenía consonantes, veintidós en total. Al ser un sistema simple permitía la difusión del conocimiento y la cultura.
Posteriormente, los griegos adoptaron el alfabeto fenicio para representar su idioma, tomando algunas letras del alfabeto fenicio y les dieron un valor de vocal. El alfabeto fenicio ha sido de una u otra forma la base para los otros alfabetos como el latino, griego, civílico árabe. En el caso del alfabeto latino proviene del alfabeto etrusco, que fue a su vez una adaptación del alfabeto griego.




   Para ir terminando con el apartado de los fenicios, de las ciudades-estado que formaban esta antigua región, Tiro es la más importante en la historia de los Tartessos, pues la metrópoli desde donde partieron aquellos que fundaron Gadir y los que fundaron Cartago.
Sobre la toponimia de Tiro, es que ellos mismos se llamaban a la ciudad de Sor o Sur ( que quiere decir “Roca”).
Tiro surge sobre el 1.300 a. C., según Heródoto fue fundada al rededor del 2.700 a. C. Consistía en dos distintos centros urbanos, uno el de la isla y el otro en la costa adyacente, aproximadamente entre 5 ó 6 km, antes de que Alejandro Magno conectase la isla con la costa durante su asedio a la ciudad. Fue una ciudad isleña fuertemente fortificada en medio del mar y con muros defensivos de 45 metros de altura. Hacía el 1.190 a. C. fue repoblada por gente de Sidón y en el siglo IX a. C. sometió a su antigua metrópoli, para luego pasar a ser tributaria a Asiria. Los comerciantes tirios fueron los primeros que se aventuraron a navegar en las aguas mediterráneas, lo que hizo convertirse en un puerto importante de Fenicia, alcanzando gran prosperidad económica, de él salieron los barcos para fundar las numerosas colonias.

Las causas de la colonización
   Normalmente se ha asociado a la colonización fenicia con la única intención del comercio, nada más lejos de la realidad, sin renunciar a la importancia que para ellos tenían la impulsión del comercio, los investigadores, o casi todos, contemplan posibles factores por los fenicios potenciaban la comercialización creando muchas colonias por el Mediterráneo responde tanto a causas internas como externas. Las causas internas, se consideraban varios factores, el pequeño territorio en el que vivían, en el que ofrecían pocos recursos y el reducido terreno agrícola no llegaban para alimentar a una población que iba en crecimiento, fue la base de que crearan ciudades en las que le aportaban diferentes tipos de alimentos y materiales más que ciudadanos fenicios se quedaban a vivir en diferentes colonias.

Referencias históricas
Sobre las referencias históricas de Tartessos más conocidas sin duda es la que ha proporcionado Heródoto de Halicarnaso, el que es considerado el padre de la historia y etnógrafo griego, que en el siglo V a. C. Pues, las primeras palabras de su obra conocida, precisa y simplemente Historia, son las que viene a continuación:
La publicación que Heródoto de Halicarnoso va a presentar de su historia se dirige principalmente a que no llegue a desvanecer con el tiempo la memoria de los hechos públicos de los hombres, ni menos a oscurecer las grandes y maravillosas hazañas, así de los griegos como de los bárbaros. Con este objeto refiere una infinidad de sucesos varios e interesantes, y expone con esmero las causas y motivos de las guerras que se hicieron mutuamente los unos a los otros.”
   En sus trabajos, donde premiaban las listas que enumeraban hechos y gobernantes, también buscaba las causas de los acontecimientos, siendo él mismo el que se desplazaba a los lugares que escribe y recabar información de primera mano, incluyendo en sus trabajos las leyendas, costumbres y tradiciones de los pueblos que estudiaba. A lo que conseguía unos trabajos de gran importancia por hacer una reconstrucción histórica y de lectura fácil y amena, teniendo un buen hilo conductor y no es una mera acumulación de datos.
El único rey tartesio del que nos hace referencia Heródoto y además carente de mitología alguna es, Argantonio. Hay que tener en cuenta que los trabajos hechos por este historiador griego eran sobre Grecia y las zonas más orientales, y solo cuando existía alguna relación entre lo que escribía y el reino de los Tartessos es cuando escribía sobre Grecia.
   Uno de esos casos es cuando menciona una travesía del comerciante Colaios, que saliendo con su barco del puerto de Samos, polis griega situada en una isla frente a las costa de Asia Menor hacia Egipto, pero el viento es caprichoso:
[…] como no quisiese amainar, les obligó a pasar más allá de las Columnas de Hércules, y aportar por su buena suerte a Tartessos. Era entonces Tartessos para los griegos un imperio virgen y reciente que acababan de descubrir. Allí negociaron también con sus géneros, que ninguno les igualó jamás en la ganancia del viaje, al menos de aquellos que puedo hablar con fundamento […]. Los samios, poniendo aparte la décima de su ganancia, que subió a seis talentos, hicieron con ella un caldero de bronce a manera de pila Argólica; alrededor de él había unos Grifos mirándose unos a otros, y era sostenido por tres colosos puestos de rodillas, cada uno de siete codos de alto: fue dedicado en el Hereo.
Historia, 4, 152
   También en este otro caso:
Para decir algo de Focea, conviene saber que los primeros griegos que hicieron largos viajes por mar fueron estos focenses, los cuales descubrieron el mar Adriático, la Tirrenia, la Iberia y Tartessos, no valiéndose de naves redondas, sino sólo de sus “penteconteros” o naves de cincuenta remos. Habiendo llegado a Tartessos, supieron ganarse toda la confianza y amistad del rey de los tartesios, Argantonio, el cual ochenta años había que rea señor de Tartessos, y vivió hasta la edad de ciento veinte; y era tanto lo que este príncipe los amaba, que cuando la primera vez desampararon la Jonia, les convido con sus dominios, instándoles para que escogiesen en ellos la morada que más les acomodase. Pero viendo que no les podía persuadir, y sabiendo de su boca el aumento que cada día tomaba el poder de los medos, tuvo la generosidad de darles dinero para la fortificación de su ciudad, y lo hizo con tal abundancia, que siendo el circuito de las murallas de no pocos estadios, bastó para fabricarlas todas de grandes y labradas piedras.
Historia, 1, 163
   Se llegó a un momento en que todo el Mediterráneo había un gran número de colonias fenicias y griegas a lo que las relaciones entre distintas potencias cobraran suma importancia.
También hay otras fuentes que nombra a los Tartessos, como el griego Estrabón, pero este es más bien de tipo geográfico, al igual que la obra “Ora Marítima” del romano Avieno, autor del siglo IV d. C., nacido en Volsinii en Etruria en el centro de Italia, una antigua región histórica que en época de Avieno ya era romana. Sus trabajos, en la actualidad se ha confirmado por la mayoría de los investigadores, que las fuentes que había consultado eran anteriores al año 500 a. C., siendo una cartografía amplisima y es la primera que viene sobre Hispania con muchísimos datos, en el caso que nos trae, sitúa a Tartessos (ciudad) en un golfo, que tenía su mismo nombre y que él confunde con Gadir, se puede leer en Ora Marítima 265-295:
Aquí se extienden en su amplitud las costas del golfo de Tartessos […] aquí esta la ciudad de Gadir, pues la lengua fenicia llamaba gadir a un lugar cerrado. Fue llamada, antes, Tartessos, ciudad grande y rica en tiempos antiguos; pero ahora pobre y pequeña, y abandonada, ahora un montón de ruinas. Nosotros en estos lugares no vimos nada digno de admirar, excepto el culto a Hércules. […] El río de Tartessos, deslizándose por campos abiertos desde el lago Ligustino, ciñe la isla por ambos lados con su corriente. Y no corre por un solo lecho, ni surca él solo la tierra subyacente, pues, por el lado por donde nace la luz de la aurora proyecta tres brazos sobre los campos; dos veces, con dos desembocaduras, baña también las zonas meridionales de la ciudad. Pero, encima de la marisma, se proyecta el monte Argentario, llamado así por los antiguos debido a su aspecto, pues refulge en sus vertientes por la gran cantidad de estaño, y despide más luz todavía hacia los aires,, en la lejanía, cuando el sol ha herido sus excelsas cimas con rayos de fuego. El mismo río, a su vez, hace rodar, con sus aguas, limaduras de pesado estaño y arrastra el valioso metal junto a sus murallas. […] Como hemos dicho más arriba, el mar de en medio separa la ciudadela de Geronte y el cabo de un templo, y entre rocas escarpadas se forma un bahía. Junto al segundo cabo desemboca un ancho río. Al fondo se proyecta el monte de los tartesios, de sombríos boscajes. Aquí se halla la isla de Eretía, de extensos campos, y en otro tiempo bajo el dominio púnico, pues unos colonos de Cartago fueron los primeros en ocuparla. Y Eretía está separada del continente por un brazo de mar a cinco estadio de la ciudadela.”


Bibliografía:
-Carrillo, Raquel. “Breve historia de Tartessos”. Editorial Nowtilus
-Ramos, Javier; Martínez-Pinna, Javier. “El enigma Tartessos”, La primera civilización de la Península Ibérica.
Editorial ACTAS.

viernes, 17 de abril de 2020

LA MITOLOGÍA TARTÉSICA

No desearía ni el cuerno de Amaltea ni reinar ciento cincuenta años en Tartessos”
Estrabón (Geografía III, 2, 14)

PIEZA DE BRONCE CARRIAZO EN EL QUE SE REPRESENTA A LA DIOSA FENICIA ASTARTÉ

Tartessos Mitológicos

Gerión
   Las referencias encontradas sobre esta historia mitológica son de varios autores, por lo que encontramos con versiones algo diferentes entre ellas. El primero que habló de Gerión fue el escritor griego del siglo VIII a. C. Hesíodo, en su obra Teogonía, donde relata en verso el origen del universo y la genealogía de los dioses, desde el punto de vista de los antiguos griegos. Pero el primer poeta que lo sitúa en Tartessos es Estesícoro de Himera a finales del siglo VII a. C., cuyo relato llegará hasta nosotros a través de otros autores como el geógrafo griego de época romana Estrabón (s. I a. C. - s. I d. C.), quien lo usa como fuente para escribir su libro Geografía, dicha obra esta considerada una de las mejores en su género y en el cual se describe el mundo que se conocía en esa época.
   Cuenta que cuando Heracles, Hércules para los romanos, fue a realizar el décimo trabajo de los doce que le habían encomendado, era robar los bueyes al rey Gerión, que para robar el ganado tuvo que matar al pastor y el perro que los custodiaba. Al enterarse el rey Gerión, un gigante con tres cuerpos y tres cabezas, fue en busca de Heracles en busca de venganza y fue la muerte lo que encontró.

REPRESENTACIÓN DE HÉRCULES CONTRA GERIÓN



Gárgoris y Habidis.
   En esta historia cuentan como el rey Gárgoris de Tartessos, hombre amable, cuidadoso y protector para con su pueblo y su reino, pero eso iba a cambiar, tenía una hija de la que se decía que poseía belleza sin igual, lo que le llevo a cometer incesto dejándola embarazada. Para que no lo descubrieran durante el periodo de gestación la dejo recluida en sus aposentos. Aún así, los habitantes sospechaban al no ver a la hermosa hija del rey y el cambio de personalidad del rey, distante y malhumorado. Una vez que dio a luz, un hermoso barón, se lo arrebato a la madre de entre sus brazos y llamo al capitán de su guardia para que se llevara al recién nacido durante la noche sin ser visto a lo más profundo del bosque, donde los lobos acampaban por doquier y allí debía dejarlo para que fuera pasto de ellos y así callar toda sospechas de los habitantes. Su capitán espero durante dos días para asegurarse de que los lobos se hacían cargo de la criatura, pero cual fue su sorpresa y con asombro vio ante sus ojos que el recién nacido que además de no haber sido devorado por los feroces lobos, sino que estaba siendo amamantado por una loba que al ver llegar al capitán se le quedo mirando y posteriormente se levanto y marcho tranquilamente dejando allí a la criatura. El capitán lo interpreto como un acto divino y recogió al bebe para volverlo a llevar ante su rey y contarle todo lo sucedido, a lo que se enfureció sin querer comprender nada. En palacio tenia una perrera con una jauría de perros de cazas a cual más fiero que el otro, ordenando que no lie dieran de comer durante al menos 5 días, transcurrido ese período volvió arrebatar el recién nacido de los brazos de su madre y a la que ella había puesto como nombre Habidis, pero los esfuerzo de la madre para que se lo llevaran fueron en vano, se lo llevaron a los perros, pero cual fue la sorpresa de los allí presente que los perros al olfatear al bebe respetaron la vida de la criatura y no hicieron daño alguno. Ante tan nuevo acontecimiento divino, el rey empezó a buscar que hacer, mientras tanto ordeno hacerle un tatuaje con la T de Tartessos.
   El nuevo plan del rey fue confiado al almirante de sus tropas en la mar, dándole el bebe en una canasta con la orden de que fuera a alta mar y lo soltara. Dicho y hecho. Pero otro prodigio iba acontecer y con la luna llena como testigo, una familia de delfines se dispusieron a llevar la canasta hasta la orilla, entre unos y otros se iban turnando para completar el trayecto. Al amanecer, en la extensa playa, en un paraje mágico que miles de años después es conocido como el Coto de Doñana. En una modesta choza habitada por una humilde pastora encontró la canasta de mimbre con aquel desvalido niño y se apiado de él llevándoselo para cuidarlo y criarlo.
   Los primeros años creció en plena naturaleza, sano y feliz, hasta que lamentablemente la mujer que la cuidaba murió por la mordedura de una víbora volviéndose a quedar solo y desamparado sin que nadie conociera su existencia. Aquella misma tarde comenzó el hambre a hurgarle el estómago y comenzó a llorar junto al cuerpo sin vida de la mujer que lo criaba y enseñaba, siendo lo más parecido a una madre. Al anochecer, se le acerco una cierva parida y le ofreció su ubre repleta de cálida leche. Día tras día eran varias ciervas las que se turnaban para amamantarlo hasta que creció lo suficiente para correr junto a ellos, jugar con los cervatillos y recorrer con la manada hasta lo más profundo de aquel enorme bosque. Creció con una agilidad y velocidad propia de un animal salvaje. Ocasionalmente se encontraba con leñadores y pastores que con ellos aprendía rudimentarias palabras. Pero un día, la suerte le marco una nueva tragedia, unos cazadores lo sorprendieron dándole muerte a varios ciervos con flechas certeras y el mal genio se apodero de él, y como un bandolero, empezó asaltar a todos los ricos que se adentraban en su camino para posteriormente repartirlo a los pobres del lugar, hechos que llegaron a oídos del rey que mal decía a sus hombres por no poder capturar a un pobre desgraciado. Hasta que un día lo apresaron y lo llevaron ante el rey en su palacio y ordeno al verdugo que le cortaran la cabeza en público para quien volviera a tener la osadía de robar que supiera lo que iba a sucederle. Llego el día de su ejecución en público, y al llegar el rey y ver por vez primera a la persona que tanto problemas había causado este tiempo atrás, se quedo asombrado del parecido que tenia aquel joven y él, le interrogo preguntándole quien era su familia, donde vivía, donde se había criado, sus contestaciones no le parecieron relevante y ordeno su ejecución, cuando el verdugo le despojo de su camisa el rey no pudo evitar el tatuaje que tenía en forma de T, es cuando el rey quiso comprender y vio la señal parando de inmediato la ejecución, reconociendo que el muchacho era su hijo ilegitimo y no solo le perdono la vida, también lo acogió y le proporciono todas las necesidades y lo convirtió en su heredero.
Otra historia mitológica Tartesica es Nórax, el que según dicen era el nieto del rey Gerión, el que fue asesinado por Heracles. Se cuenta de Nórax que poseía mucha destreza con la navegación y en uno de sus viajes llego a la isla de Cerdeña como jefe de la expedición y fundo la ciudad de Nórax, la que dicen fue la primera ciudad de la isla, son varios autores que lo mencionan. Uno de ellos es el geógrafo griego del siglo II d. C. Pausanias, que en libro décimo de su obra Descripción de Grecia. Otro que lo menciona es el gramático romano Solino, que escribe en el siglo III ó IV d. C. narrando lo siguiente:
También está bastante divulgado en qué mar se halla situada Cerdeña, que en Timeo encontramos con el nombre de Sandaliótide y en Crispo con el de Icnusa. No hay, pues, por qué decir que Sardo fue engendrado por Hércules y Nórax por Mercurio, cuando llegaron hasta estos confines, el uno procedente de Libia, el otro viniendo de Tartessos, en Hispania, y que de Sardo recibió la isla su nombre, de Nórax la ciudad de Nora.
Colección de hechos memorables(4, 1)

   Como se puede observar, Nórax tiene ascendencia divina y es algo común en la mitología que los dioses se mezclen con los mortales. Es imposible comprobar que esta historia sucediera realmente, pero si es cierto que la arqueología a mostrado que existen relaciones entre Tartessos y Cerdeña desde el segundo milenio antes de Cristo.
También han llegado a relacionar la Atlántida de Platón con los Tartessos. Son una minoría de autores que opinan todavía que en esa relación existe. Aunque se encuentra cierta semejanzas, no son suficientes para indicar que la Atlántida de Platón sea Tartessos.
Platón es filósofo, no es historiador o etnógrafico. De su teoría filosófica destaca el idealismo, al igual que Aristóteles, el otro gran filósofo griego y discípulo de Platón.
De las obras obras de Platón son dos las que habla de la Atlántida: Timeo y Critias, ambas escritas en el siglo IV a. C.
   En la primera, Timeo, la mención que hace es corta, a lo que se puede considerar un buen resumen. El relato, contado por un sacerdote egipcio, es la siguiente:
En efecto, nuestros escritos refieren cómo vuestra ciudad [se refiere a Atenas] detuvo en una ocasión la marcha insolente de un gran imperio, que avanzaba del exterior, desde el océano Atlántico, sobre Europa y Asia. En aquella época, se podía atravesar aquel océano dado que había una isla delante de la desembocadura que vosotros, así decís, llamáis Columnas de Heracles. Esta isla era mayor que Libia y Asia juntas y de ella los de entonces podían pasar a las otras islas de las islas a toda la tierra firme que se encontraba frente a ellas y rodeaba el océano auténtico, puesto que lo que quedaba dentro de la desembocadura que mencionamos parecía una bahía con un ingreso estrecho. En realidad,, era mar y la región que lo rodeaba totalmente podría ser llamada con absoluta corrección tierra firme, En dicha isla, Atlántida, había surgido una confederación de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, así como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia. Toda esta potencia unida intentó esclavizar en un ataque a toda vuestra región, la nuestra y el interior de la desembocadura. Entonces, Solón, el poderío de vuestra ciudad se hizo famoso entre todos los hombres por su excelencia y fuerza, pues superó a todos en valentía y en artes guerreras, condujo en un momento de la lucha a los griegos, luego se vio obligada a combatir sola cuando los otros se separaron, corrió los peligros más extremos y dominó a los que nos atacaban. Alcanzó así una gran victoria e impidió que los que todavía no habían sido esclavizados lo fueran y al resto, cuantos habitábamos más acá de los confines heraclidas, nos liberó generosamente. Posteriormente, tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un día y una noche terribles, la clase guerrera vuestra se hundió toda a la vez bajo la tierra y la isla de Atlántida desapareció de la misma manera, hundiéndose en la mar. Por ello, aún ahora el océano es allí intransitable e inescrutable, porque lo impide la arcilla que produjo la asentada en ese lugar y que se encuentra en es lugar y que se encuentra a muy poca profundidad.
Timeo, 24e-25d

   La relación que se puede sacar de este fragmento entre Tartessos y la Atlántida es que la sitúa más allá de las Columnas de Hércules, pero con la diferencia de entre la Atlántida y Tartessos es que es una isla que acaba hundiéndose en el mar y donde se localiza también el fin del mundo conocido de los griegos, donde se sitúan los mitos.
   En Critias o la Atlántida es el libro donde se desarrolla con mayor profundidad el relato sobre el mítico territorio, aunque es muy corto el texto y esta inconcluso. En gran medida se trata de una narración mitológica, puesto que varios dioses del panteón griego son protagonistas activos de la historia. En la obra de Critias la única relación que se encuentra con Tartessos es la mención de Gadir como hijo de Poseidón, a quien le toco la parte extrema de la isla, desde las Columnas de Hércules hasta la zona denominada Gadírica. Pero aún asumiendo la identificación entre Gadírica y Gadir por sus similitudes etimológicas, Gadir no es Tartessos, es una colonia fenicia, aunque algunas fuentes clásicas se confundan.
   Sobre historias mitológicas de Tartessos hay bastante escritos. Analizando los principales escritos, se entiende la fama y riqueza, prosperidad y felicidad que en la antigüedad se tenía de esta civilización.

Bibliografía:

-Carrillo, Raquel. “Breve historia de Tartessos”. Editorial Nowtilus

-Ramos, Javier; Martínez-Pinna, Javier. “El enigma Tartessos”, La primera civilización de la Península Ibérica.
Editorial ACTAS.

-Pimentel, Manuel. “Leyendas de Tartessos” Mitos, historias y leyendas de la primera civilización de Occidente.
Editorial Almuzara.

miércoles, 15 de abril de 2020

PATRITE, PARQUE NATURAL LOS ALCORNOCALES


Hay algo, en la austera presencia del paisaje español que hiere el alma con un sentimiento cercano a lo sublime.

Whashington Irving



Es uno de esos rincones que dentro de la magia envolvente, te fascinan. Un lugar solo para el paso de bandoleros que quieren pasar por dicho entorno sin ser visto y disfrutar de un entorno con unas increíbles formaciones de lo más caprichosas sobresaliendo por un bosque de lo más denso, cada una moldeado por la magistral mano de una bella e inteligente naturaleza.
Desde el comienzo del caminar por senderos de lo más exuberante eramos testigos y foco de las miradas de los buitres que allí moraban. Conformes avanzábamos nuestros pasos encontramos alguna que otra edificación que tuvieron mejor vida y algunas zonas de pasto para la ganadería vacuna con sus miradas fijas hacia nosotros, pilares titánicos a los que ni a Hércules pasaría desapercibido. Después de disfrutar de un breve camino dócil nos internamos en una zona en la que solo los más atrevidos se atreven, gracias a la gran compañía que llevaba ese día como guía, mi apreciado amigo Isi. 



















Dicho día, nuestro propósito era de ver dos formaciones rocosas de lo más singular, un conjunto de lajas que sobresalían del lujurioso bosque siendo una de las que están en la parte superior tiene un orificio con un circulo perfecto y el otro a poca distancia al que llaman el Borbón por su parecido al rey Juan Carlos I, otros que un guerrero con su casco, ambos casos son aceptables, sin duda es un “capricho” de la madre naturaleza.
También vemos en algunas covachas con restos de pinturas de los moradores que allí dejaron sus huellas hace miles de años donde solo.




























PINTURAS RUPESTRES

ASA DE LA CARDERA





EL BORBÓN O EL GUERRERO