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domingo, 30 de abril de 2023

FRANCIS CARTER

El mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora.

(Proverbio)



 Siguiendo la descripción de viaje clásico, uno de los primeros viajeros interesados por las tierras malagueñas es Francis Carter (1741-1783), pionero de las descripciones viajeras por nuestras tierras. Anticuario inglés, además de coleccionista de monedas y libros, expone en el comienzo del prólogo de su Viaje de Gibraltar a Málaga: Yo he conocido España desde mi infancia, y, desde 1753 a 1773, toda mi vida -excepto cinco años en Francia- ha transcurrido en Andalucía y reino de  Granada. Las estancias de Carter se pueden concretar en un periodo hacia 1755 en Vélez-Málaga, otro en Sevilla hacia 1764-1765 y su marcha a Gibraltar en 1771, habiendo pasado por Granada en una fecha indeterminada y en septiembre de 1772, se traslada finalmente desde Gibraltar a Málaga con toda su familia, con la intención de pasar el invierno y posteriormente embarcar a Gran Bretaña. Como resultado de este viaje, en 1777 publica A Journey from Gibraltar to Málaga, del que se extrae algunas observaciones del medio físico y natural que nos ofrece.

 Acerca del mapa que incluye en su libro, escribe u prólogo que dice:

He grabado un mapa de la región que describo, que dibujé yo mismo sobre un plano totalmente nuevo y sensible a su utilidad, ventajas...

Referente a su estancia en Gibraltar, en los capítulos finales de si libro I, comente: 

Cuando uno mire esta peña árida, no se imagina que puedan existir allí seres vivos; a pesar de todo, está habitada por numerosas especies de animales.

Hace referencia a monos, reptiles y en cuanto a aves, cita a los grajos. También Las águilas, sin concretar la especie; sobre los buitres hace la siguiente interesante observación:

(...) vienen de África cada primavera y pasan sin detenerse por encima de la roca; vuelven en otoño; hacen sus migraciones anuales en bandadas y, al volar, se distinguen fácilmente de las cigüeñas (que también son aves de paso) por llevar sus patas bajo la cola, mientras que las cigüeñas las llevan colgando. Hay un buitre en la guarnición,, que supongo se quedo por cansancio en el Peñón;  es grande y de un plumaje precioso (...).

Interesante observación y seguramente de las primeras que se hacen sobre los movimientos migratorios en el Estrecho de Gibraltar, actividad que se constata en el sur de España desde 1959 sobre las cigüeñas y desde 1972 de forma organizada y dirigida a numerosas especies por el profesor Francisco Bernis Madrazo (1916-2003). En la actualidad sigue implicando a un importante contingente de ornitólogos durante las épocas de migraciones primaverales y otoñales.

En el capítulo primero del libro II refiere:

Permanecimos en Gibraltar desde finales de junio de 1771 hasta el 23 de septiembre de 1772, día en que emprendimos viaje a Málaga, donde pensábamos pasar el invierno antes de volver a Inglaterra. Después de cruzar la frontera española, viajamos cinco horas por la costa Mediterráneo, sobre terrenos áridos durante tres leguas; entonces nos encontramos con un río ancho y profundo, que no es vadeable en invierno... Desde la estancia de los moros en España este río se viene llamando el Guadiaro, el Barbesolae Fluvius de Ptolomeo.

Más adelante afirma: A una seis horas de viaje del Guadiaro; entre Gibraltar y Estepona cruzamos doce arroyos.

Sigue detallando el recorrido:

La costa de Gibraltar hasta Estepona, incluso dos leguas más allá, es extremadamente árida, pues la sierra corre paralela a una legua de la orilla: esta carretera no se puede utilizar en invierno por la cantidad de ríos y arroyos que hay que cruzar, los cuales cogen con tanta fuerza después de las lluvias que arrastran al mar hasta las mulas y caballos cargados...

La Serranía de Ronda en su conjunto le merece un especial interés, advirtiendo lo dificultoso del camino que da acceso a la ciudad de Ronda desde la costa, a una legua al este de Estepona, recorriendo escarpadas montañas. Sobre la posición de Ronda realiza un expresivo comentario:

(...) se levanta sobre una meseta de roca viva, separada de las sierras que la circundan por un profundo y perpendicular foso natural, en cuyos elevados bordes los árboles más altos parecen allá abajo, pequeños arbustos; en sus paredes abundan cuevas, refugios inaccesibles del buitre rapaz, del águila carnicera, del veloz halcón y del funesto cuervo...

Se puede considerar como la primera cita ornitológica sobre un espacio concreto de Málaga. En una nota a pie de página indica además: Las aves que pueblan los paredones del Tajo de Ronda son: buitres, águilas azores, quebrantahuesos, milanos, cuervos, palomas torcaces, zuritas, etc. Hoy día el censo de aves que pueblan el Tajo de Ronda data de 1921, por el Duque de Medinaceli, en su libro Aves de rapiña y su caza.  En el mismo capítulo se refiere a la red fluvial rondeña:

Debajo de uno de estos puentes nace un riachuelo que unido a dos arroyos más (el de los Navares y el de las Culebras), rodea el Tajo con el nombre árabe de Guadalevín, o río profundo; deja a Ronda y recibe aguas del afluente Sijuela y Guadalcobacín y de dos arroyos más; con este incremento y después de cambiar su nombre por el de Camelagir a una legua de distancia al atravesar las montañas de Montejaque, se despeña en formidable catarata dentro de la célebre Cueva del Gato; el río sigue su rumbo a través de esta cueva hacia las vegas de Gaucín y Jimena, y, juntándose en el Genal, entra al mar por el Guadiaro.

Hay que puntualizar que el río Camelagir que cita Carter conocido hoy como Gaduares o Cmpobuche, es el que realiza un recorrido subterráneo que va desde el Hundidero a la Cueva del Gato salvando un desnivel de 180 metros y atravesando la mayor cueva conocida en Andalucía de 4 km de galería principal y unos 5 km de recorrido.

En el capítulo IV del mismo libro II dedica el contenido a la Historia Natural de la Serranía de Ronda, de la que entresacamos la delimitaciones de la zona natural:

Los límites del norte de la Serranía de Ronda lindan con Ubrique, Jerez de la Frontera y Zahara, incluyendo las fértiles tierras de labor de Acinipo. Al noreste domina la Hoya de Málaga; allí despunta Sierra Blanquilla, eternamente cubierta de nieve.

Los informadores de Carter son de imaginación desbordante, ya que la Sierra de las Nieves, en sus cotas superiores, salvo en contadas ocasiones se encuentra cubierta de blanco desde el mes de diciembre hasta principio de mayo de forma intermitente. Prosigue su descripción de los límites de la Serranía de Ronda adentrándose en la Sierra de Libar:

Al noroeste destaca la Sierra del Pinal, llamada Jamares por los moros, cuyos pinos proporcionan madera a Ronda y a los pueblos vecinos, constituyendo un refugio para la cabra montés, el jabalí y el lobo... las montañas del sureste alcanzan el Mediterráneo por Marbella y Estepona con los nombres de Arboto y Sierra Bermeja, que además de sus altas cimbres coronadas generalmente por bosques de castaños, dan pasos a numerosos rebaños de ganado.

A continuación detalla acerca de las poblaciones y enclaves al sur de la Serranía a la que llaman el Haraval de Ronda y, en su extremo se localizan Gaucín y Casares. Mencionan los pueblos de Jimena y La Sauceda y, al oeste, la Sierra de Villaluenga, configurando un paraje extraordinario de verdor y agua. 

Entre las flores cita: Lirios, violetas, claveles, arrayanes, rosas, madreselvas y mil variedades más de flores que adornan todos los rincones de estas sierras en extravagante profusión, alimentando gran número de abejas, cuyas colmenas (...)

Sigue citando que la Serranía de Ronda es también un excelente jardín botánico de hierbas medicinales, haciendo una amplia referencia de ellas.

En la relación con la caza y animales silvestres, merece destacarse la incursión que realiza sobre la zoología serrana:

Sus montes están poblados por perdices rojas y codornices, corzos y ciervos, conejos, liebres y cabras monteses, cuyas crías constituyen la presa normal de las temibles águilas;  al abrigo de sus bosques corren el lobo, el zorro, el jabalí, el mapache, la jineta, el erizo, la comadreja, la ardilla, el camaleón y el gato montés (llamado en español "de clavo" por las manchas de su piel), algo menor que el tigre en fuerza, tamaño y ferocidad; además de los anteriores, en tiempos pasados había osos, el último de los cuales fue cazado en el Bosque de los Césares en 1571.

En una referencia anterior dice que el Bosque de los Césares, otros vulgarmente lo llaman Prados de los Potros. Sobre los lobos de la Serranía comenta: (...) se distinguen por su fuerza; en invierno, cuando está el suelo cubierto de nieve, llegan en manadas a las tierras altas y atacan a los viajeros; solo las armas de fuego les asustan...

Sin duda su gran aportación a la zoología de la Serranía de Ronda tiene estudios de gran interés, pero también hay elementos que no se ajustan a la realidad. Es difícil de localizar a un mapache, observación atribuible a la nutria, al igual, que seria difícilmente asimilable como vertebrado característico de Ronda el camaleón. Por otro lado el gato de clavo es, para la mayor parte de los autores, es el gato cerval o lince, que, según recientes investigaciones, estuvo presente hasta la primera treintena del siglo XX. Y, finalmente, atribuir un comportamiento especialmente feroz a los lobos que, a duras penas, sobrevivían en aquella época en la Serranía; sin duda alguna que es una inexactitud derivada en aceptar como verídicas las historias que sobre tan mítico y perseguido animal se fraguaron en todos los tiempos y que no consta en los estudios etológicos y zoológicos recientes sobre este depredador.

Referente a los bosques, que los califica de feraces, dice: (...) en sus suelos crecen patatas, batatas, trufas, champiñones, espárragos y alcachofas de varios tipos; castañas, bellotas, algarrobas, níspolas, madroños, piñas, higos, almendras, peras silvestres, ciruelas, uvas, manzanas (...).

En el libro III incluye un mapa de elaboración propia de 1771, lo que comprende la Serranía de Ronda, Hoya de Málaga, Vega de Antequera y la costa desde Gibraltar a Málaga. El comienzo del capítulo I sobre Río Verde diciendo: Las nieves perennes de sierra Blanquilla originan y alimentan los tres ríos caudalosos; uno el Río Verde (...), desemboca en el mar tres millas al oeste de Marbella.

Continua describiendo sus impresiones con datos históricos sobre Istán, Ojén, Monda, Ardales, Coín, Tolox, Alhaurín, Churriana: A partir de aquí y antes de llegar al mar, las montañas pasan a llamarse Sierra de Mijas.

En el capítulo III, la descripción comprende desde Cártama a la Sierra de Álora y comenta que debajo de Álora se halla Casapalma; al este, El Burgo, Pizarra, Yunquera y varios pueblos pequeños, todos a los pies de la Sierra de Abdalajís. A partir de aquí estas alturas constituyen la Sierra de Antequera, que se unen a los Montes de Málaga.

Más adelante hace referencia al río Guadalhorce:

El río de Málaga es ancho y no vadeable; en sus orillas anidan bandadas de preciosos avelucos, cuyo brillante plumaje de colores amarillos, azul y verde no se puede comparar con ningún otro en toda Europa; estos pájaros son del tamaño de un tardo grande y se encuentran solamente en esta provincia.

Una vez más Carter echa a volar su imaginación, pues el bello y migrador Abejaruco (Merops apiaster) no son exclusivos de Málaga; en Europa es una especie Mediterránea, pero no cabe duda de que su cita tiene el valor de referir un lugar concreto de observación, aunque por entonces los abejarucos eran y son  nidificantes en casi toda España, a excepción de Cantabria, Galicia y Pirineos.

Francis Carter fue uno de los pocos viajeros ingleses que conocía y dominaba el idioma español, así como su historia, economía y política del reino. Su relato contiene interesantes temas alusivos al medio natural por vez primera, aunque son complementarios al objeto del viaje de Gibraltar a Málaga que inicia en 1772, constituyen, desde dicha perspectiva, el punto de partida para la búsqueda de datos relativos a la naturaleza malagueña. En 1777 ve la luz A Journey from Gibraltar to Málaga, cuya primera edición en castellano es de 1980 y la segunda en 1985.


Bibliografía:

-"La Naturaleza y el Paisaje de Málaga a través de viajeros, naturalistas y científicos". Moreno Borrell, Satunirno Editorial La Serranía S. L., 2019. Alcalá del Valle, Cádiz.


-"Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El Camino Inglés". Garrido Dominguez, Antonio. Editorial La Serranía. Ronda, Málaga.


-"Los Bosques de la Serranía de Ronda. Una perspectiva espacio-temporal". Gómez Zotano, José y Olmedo Cobo, José Antonio. Editorial La Serranía S. L., 2021. Alcalá del Valle, Cádiz.