sábado, 20 de abril de 2024

SAMUEL EDWARD COOK WIDDRINGTON (1787-1856)

 Más arriba, en las más inaccesibles cumbres de la Serranía, existe una especie que no he podido clasificar y que solamente conozco por las vagas descripciones que me dieron los nativos, sin tiempo ya para visitar el lugar. Crece en los alrededores del San Cristóbal y en la Sierra de las Nieves. Por los datos que tengo podría tratarse del pino silvestre.

Samuel Edward Cook Widdrington


Fecha del viaje: 1829

Sketches in Spain during the years 1829, 1830, 1831 and 1832

Londres, 1834

Nacido en el año 1787, falleció el 11 de enero de 1856. Militar inglés que ostentaba el cargo de capitán de navío. Habiendo servido en la Royal Navy.

Tenía pasión por España, la que recorrió durante un periodo de tres años, desde 1829 a 1832. Hijo de unos padres acaudalados, había abandonado el puesto de capitán de navío cinco años antes de su viaje a España. En 1840, adoptó el apellido de su madre, Widdrington.

No era el conocido capitán Cook (1728-1779), el descubridor de Australia.

Llegó a España en el mes de octubre de 1829, pero no entró por Gibraltar como la mayoría de sus compatriotas, sino que lo hizo desde Bayona, en diligencia se dirige a Córdoba, Granada, Málaga y Ronda. Tan grande es su deseo de llegar a Andalucía que su estancia en Madrid es mínima. Su obra fue muy valorada, siendo uno de los objetivos el de sacar a la luz la verdadera realidad de España, bastante falseada por los trabajos de algunos escritores románticos, más interesados en pintarla superficialmente y a la ligera que en descubrir su verdadera esencia.

Su primer contacto con la Serranía de Ronda, después de visitar Málaga, es cuando llega a Yunquera. A la escasez de posadas o de otra edificación destinado al mismo fin, consigue encontrar alojamiento en casa de un militar retirado.

S. E. Cook parte desde Ronda a Sevilla para continuar su viaje. El otoño de ese mismo año fue muy lluvioso, lo que dificultaba mucho el trayecto por estar el terreno enfangado y los ríos crecidos. La dificultad de cabalgar era mayor, si no se disponía  de buenos animales. Echa en falta unos buenos caballos, escaseaban después de la Guerra de Independencia apenas dejó alguno vivo. Su gestión en Ronda fue a manos de José Zafrán, experto guía, para que lo acompañe a Sevilla con un caballo de los de antes, gestión que retrasaría un día su salida.

Algo que le sorprende a Samuel E. Cook es la inusual rapidez con la que los andaluces entablan amistad con los desconocidos, con un "Dios guarde a usted" y continúa cada uno dando cuenta de su lugar de procedencia y adónde se dirige. Con conocimientos mutuos tan escasos y tempraneros se levantan relaciones tan fuertes que llegan a durar toda la vida, ayudando en la próxima ocasión que se encuentren, en el lugar que fuere, se traten como viejos camaradas.

Por la necesidad de no viajar solo, se suele contratar a un mozo o un guía, señal de que no va a faltar ni diversión ni chismorreo durante todo el trayecto. En general, el interés de los mozos por encontrar compañía es tal que a escondida de los que los contratan para que le sirvan de guías suelen perderse por las posadas para tratar de enterarse de qué viajeros llevan las misma ruta e intentar unirse a ellos.

Sobre el mozo que guía a Cook Widdrington, tan enfrascado anda en conversaciones con unos y otros de sus recientes compañeros que, para disgusto del inglés, se olvida de detenerse en el pueblo donde tenían previsto comer.

Para Samuel E. Cook dice que los caballos de la Serranía de Ronda siempre tuvo fama de ser una comarca en la que se criaban unos caballos excelentes a los que llaman "serranos"; sin embargo, la práctica de su cría, por desgracia, ha desaparecido. Pérdida lamentable que también se a extendido en otras regiones, y en la que el Gobierno trata de poner fin, pero con escasa fortuna. "Se publican edictos, se ofrecen recompensas y se imponen sanciones a los criadores de animales de inferior raza, pero sin resultado".

También considera que a la mula no se apreciaba en su justo valor a los que, sin argumentos, se les tacha de falta productividad.

El inglés es el primer viajero que destapa el bosque de pinsapos con estos términos:

En la Serranía de Ronda acaba la sección sur de bosques. En los barrancos y cursos de los ríos se encuentra el pino pinastro, que se utiliza en Marbella para fundir el mineral de hierro. Mezclado con él, pero en terrenos más bajos se halla el halipensis, y en la parte oeste, el pino de piñas. Más arriba, en las más inaccesibles cumbres de la Serranía, existe una especie que no he podido clasificar y que solamente conozco por las vagas descripciones que me dieron los nativos, sin tiempo ya para visitar el lugar. Crece en los alrededores del San Cristóbal y en la Sierra de las Nieves. Por los datos que tengo podría tratarse del pino silvestre.





BIBLIOGRAFÍA:

-GARRIDO DOMÍNGUEZ, Antonio. "Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El Camino Inglés". Editorial La Serranía. Ronda 2006. Málaga.

-https://castajijona.blogspot.com/2010/10/samuel-edward-cook-intelectual-ingles.html