domingo, 17 de mayo de 2020

CASTILLO DE TURÓN



El Castillo de Turón se encuentra en el término municipal de Ardales, en la provincia de Málaga. Enclavado en un cerro de 585 metros, dominando el río de su mismo nombre que nace a los pies del Pinsapar de Ronda en la vecina Sierra de las Nieves, cuya fortaleza se sitúa en su margen izquierdo. Su ubicación, en plena transición de las campiñas de Teba-Ardales a la Serranía de Ronda es la razón de su alto valor estratégico fronterizo desde el siglo XIII hasta el siglo XV, período que funciono como una auténtica marca fronteriza tagr intermedia entre los castillos de Ardales (Fardalis) y El Burgo (al-Burguh).

El contacto con la fértil vega del Guadalteba y con las diferentes fortalezas de este área, como Cañete (Qannit), Priego (Baguh), Ortegícar y Teba (Atiba) se fija a partir de algún puesto intermedio en la Sierra de Ortegícar.



Desde el siglo XI, el conjunto de alquerías del Turón conforman como un distrito campesino sin hisn (es una transliteración de la palabra árabe que denominaba a determinados castillos andalusíes, cuya influencia abarca un territorio habitado al que servía de defensa militar.) cuya existencia es anterior a la edificación, en el siglo XIV, de la gran fortaleza fronteriza de ese nombre.



Nada se sabe desde una perspectiva historiográfica sobre la implicación de dicho emplazamiento en la guerra civil de 'Umar Ibn Hafsún, a pesar de su cercanía con Bobastro, silencio que permite suponer que el Castillo de Turón fue posterior. Esta tardía construcción del castillo, incluido en el programa de husún-tugúr por Muhammad V. Siendo dicha fortaleza un magnífico exponente de los castillos fronterizos levantados por el sultanato granadino a mediados del siglo XIV.



La edificación del Castillo de Turón supone la creación de una marca fronteriza lo que conlleva a tener unas funcionalidades distintas. La construcción de alguna atalaya, como la de la Torre del Cortijo de la Laja, testimonian esa militarización del territorio a partir del siglo XIII.



Toponimia

El topónimo de “Turón” se repite en diferentes puntos de la península (como sucede en las proximidades de Berja, en la provincia de Almería, se encuentra un lugar con el mismo nombre) de origen prerromano, en este caso aludiendo al río que recorre a su vera. Hay que aclarar, que no hay ninguna relación entre ambas zonas.

Sobre el Castillo de Turón no aparece nada en la documentación árabe hasta el siglo XIV, cuando es citado por Muhammad V en el año 1362 en relación a las fortalezas occidentales malagueñas conquistadas. En las crónicas castellanas la aparición es más temprana. Ibn al-Jaib aporta un dato interesante catalogándolo como fortaleza fronteriza. 



Cuando el Castillo de Teba paso a manos castellanas, será el Castillo de Turón la base logística desde la que las tropas granadinas, comandados por el gran benimerín 'Utmán ibn Abí-l-'ulá. Lanzaban repetidos ataques a las tropas castellanas que allí acampaban, donde en una de esas escaramuzas encontró la muerte el conde escocés Sir James Douglas.



En la centuria siguiente, en el año 1432, es conquistada la plaza por Ibn 'Abd al-Barr para su señor, el sultán Yüsuf IV. Fue en el invierno del año siguiente, cuando se produce la definitiva caída de Turón, en manos de Gómez de ribera. Pero la fortaleza se encontraba desguarnecida y sometida a varias incursiones, hasta que se presentó improvisadamente el Adelantado. En 1435, don Gutierre de Soto Mayor, maestre de Alcántara y capitán mayor de la frontera en el Arzobispado de Sevilla y obispado de Cádiz, demandó al consejo sevillano un envío de 74 ballesteros a la Peña de Ardales y al castillo de Turón:

porque la gente que agora ende está a pasado asas trabajo e es rasón quel trabajo se reparta por todos, porque mejor sean guardadas las dichas villas segúnd e en la manera que cunple a serviçio del dicho señor rey” (Rojas Gabriel, 1995: 344).



Desde la conquista en 1433, dejo de tener la funcionalidad de fortaleza fronteriza lo que le llevo a entrar en una profunda decadencia. En 1435, la fortaleza de Turón junto a la de Ardales, es atacada por los granadinos, por lo que piden ayuda al Capitán Mayor de Écija. En el transcurso del año 1447, la guarnición que se encuentra en el Castillo de Turón pide reiteradamente refuerzos al Cabildo de Sevilla, quien responde enviando un destacamento en noviembre con Pedro de Guzmán. En 1450 el alcaide Juan de Torres recibe por la tenencia de la fortaleza la cantidad de 10.000 maravedíes y 20 cahices de trigo. Ese mismo año vuelve a caer en manos nazaríes junto con Ortegícar. A lo que el alcaide solicita apoyo a Écija. Desde allí, el Adelantado Mayor Per Afán de Ribera también pide auxilio para defender Teba y recuperar Ortegícar, sobre Turón y Ardales nada se dice, pues por aquel entonces estaban en manos granadinas. Entre los años 1453 y 1454 se reconquista la plaza por Juan Ramírez de Guzmán, y posteriormente, con su guarnición se dirige a fortalecer la vecina Ardales.

En 1470, Enrique IV hace una entrega de 50.000 maravedíes de las alcabalas del Reino de Sevilla para el mantenimiento de esta fortaleza. Dos años después, Alfonso de ampos releva la guarnición del Turón.



Descripción de la fortaleza

Es una de las fortalezas más desconocidas de la provincia de Málaga, a pesar de su espectacularidad. Levantado en una peña que delimitaba en su ribera oriental del río Turón. Su situación le da un aplazamiento privilegiado que controla el paso hacia el valle del Guadalteba, ya sea por el Puerto Martina como por el Puerto de Málaga, lo que explica la construcción de un autentico enclave fronterizo y en conexión con uno de los castillos más destacados en los contrafuertes de la Serranía de Ronda, El Burgo.
 Dicha plaza es de planta irregular, siendo más largo que ancho (más de 170 metros de longitud por casi 80 metros de anchura), y con una gran precisión se adapta al desnivel. En el sector meridional, el que da por el río, lo pronunciado de su desnivel, lo que resulta bastante intimidatorio, actuando como muralla y apena requiere algunas obras puntuales. Es el lado septentrional es el más desguarnecido, acumulando una mayor cantidad de obstáculos defensivos, sucediéndose siete torres acompañado de algunos tramos de murallas de flanqueo en zigzag. Una acumulación de obstáculos defensivos es sencillamente espectacular. Una barbacana con baluartes, conservándose en algunos puntos una altura aproximadamente de 4 metros, precediendo todo este frente. A veces se ve reforzada con otro antemuro en una de sus puertas. La torre septentrional es de planta rectangular (9`20 metros por 9`15 metros) en los dos laterales que se conservan, es en realidad una torre de homenaje puerta, con pasaje acodado que la atraviesa, superando un primer recodo al acceder desde el paseo de ronda con barbacana. Es una estructura compleja, con doble recodo y un antemuro previo, se adivina una cubrición mediante una bóveda permite avanzar la propuesta de que se trate de una “puerta de justicia”, una de las tantas construidas dentro del programa edilicio de Muhammad V a mediados del siglo XIV. La funcionalidad del Castillo de Turón tiene más que ver con lo monumental y representativo que con lo defensivo. De confirmarse de que se trata de una torre homenaje puerta, ese carácter de gran monumento emblemático y de representación simbólica adquiere mayor consistencia aún. Se efectuá su ingreso a un espacio en el que alcanza un asiento de poder feudal tras su conquista, algo frecuente en los castillos del sur peninsular a partir de su incorporación a la nueva órbita social (Glick, 1995: 150-151).


Delimitado por muros y en tres de sus lados por torres: la torre-puerta al norte y dos cuadrangular, una cerrando el sector hacia el sureste y la siguiente a la primera de estas dos en el frente septentrional. Se conserva un aljibe de planta cuadrangular de 7 por 3 metros junto a una de las torres. En el frente septentrional, después de la gran torre hasta otras tres cuadrangulares, bien conservadas. Antes de llegar a la tercera a una roca que sobresale se adapta una cortina zigzageante. Las restantes se asienta igualmente. La barbacana, cubre todo el frente septentrional hasta el lateral de la torre homenaje, conectándose con la torre 4, que cabalga sobre el antemuro, reapareciendo después. A su derecha se abre una segunda entrada al interior de la fortaleza, abertura que forma parte de un complejo sistema.




Su entrada por la parte septentrional con un camino de lo más sinuoso atravesando una primera barbacana exterior para llegar a una encrucijada de dos puertas, por una se ingresa directamente a un espacio interior y la otra, que conserva un arranque de ladrillo, se pasa a otro paso protegido por una segunda barbacana y con una subida serpenteante hasta la muralla exterior, donde se emplaza otra puerta. Se observa todo un ensayo de acumulación de dificultades defensivas resueltas con acierto. La muralla continua en el frente septentrional, en la que conserva una altura de 6,50 metros en uno de sus puntos, y sin ninguna torre hasta un viraje de casi 90º, además de desaparecer la barbacana, la planta se adapta a la irregularidad del terreno y por ello, con el ánimo de ahorrarse dispendios, faltan tales torres. Otras tres están situadas al oeste: dos cuadrangulares y la situada en el centro es circular. Tal alternancia de torres es común en los castillos nazaríes en la segunda mitad del siglo XIV. El perímetro amurallado tuerce nuevamente hacia el sur, ahora se adentra en un terreno de una gran fragosidad, razón por la ausencia de barbacana. En las terminaciones de esta última cortina se encuentra dos torres, una en cada terminación. En este frente la altura de la muralla alcanza los 7 metros.


Bibliografía:

  • El distrito de Turón”, Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española, Valladolid 1999. Virgilio Martínez Enamorado

  • Historia medieval de la tierra de Málaga” Historias del Valle de Ardales. Ortiz Lozano, Francisco.


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