miércoles, 8 de abril de 2020

TARTESSOS, UNA CIVILIZACIÓN ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD.



No desearía ni el cuerno de Amaltea ni reinar ciento cincuenta años en Tartessos”
Estrabón (Geografía III, 2, 14)




Toponimia y territorio
Tartessos, del latín Tartessus. Pero es origen helénico, es decir, de procedencia griega.
El griego Heródoto, considerado el primer historiador, lo menciona en su obra Historia. Él, como posteriormente otros historiadores griegos y romanos también los menciona. Es este nombre heleno Tartessos el que se le ha puesto porque todos los escritos que hay sobre ellos son griegos y romanos, siendo los fenicios la primera civilización extranjera que tuvieron contacto, pues los Tartessos no dejaron escrito alguno, o si lo dejaron no han sobrevivido, siendo los únicos que han llegado hasta la fecha los de las otras culturas. De Tartessos solo han quedado algunas estructuras.
El trabajo de los historiadores para reconstruir la historia de Tartessos y encontrar la urbe ha sido y sigue siendo bastante complicada, lo que le ha llevado a esta situación que conforme el paso del tiempo esta civilización se ha mezclado con los siglos entre historia y enigma con realidad y mitología.
Por lo que se sabe hoy en día los límites fronterizos de Tartessos son muy difusos, pero se puede afirmar que el núcleo de esta civilización ocupaba el Bajo Guadalquivir y su área circundante, donde se desplegaría su influencia, es decir, se ubica en la zona sur-occidental de la Península Ibérica, extendiéndose aproximadamente por las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, pero también mantenían relaciones con sus vecinos, sobre todo hacia el oriente peninsular, llegando incluso hasta Córdoba.
Son datos que se han podido recoger mediante las investigaciones y excavaciones arqueológicas que se han ido realizando en otros yacimientos en el interior y que también se ha detectado que tenían contacto muy fluido con los fenicios.
Sobre los escritos referentes a Tartessos, según el origen podía referirse a un río, un territorio o una ciudad.
Referente al río, se hace entender que es el Guadalquivir. En torno al siglo VII a. C. comenzaron a llegar navegantes griegos al río Tarsis, por atravesar el reino de Tartessos y de hay la depresión del río le llamen Tartessos, de hay que halla un disentimiento de que el entorno se llama igual que el río que lo atraviesa o viceversa, mientras otros se inclinan en que fue una ciudad que se encontraba en la desembocadura del río.

¿Que fuentes escritas aparecen los Tartessos?
La biblia era uno de ellos, pero en el sentido geográfico, pero en este caso es una cuestión muy tratada y debatidas por los investigadores si el nombre de Tarsis que menciona la Biblia con cierta frecuencia, se refiere a Tartessos o no. Cuando aparece la palabra Tarsis en la Biblia sitúan la ciudad en ocasiones en Oriente y otras en Occidente. Es algo que todos los investigadores no estar de acuerdo con ello. Pues no es la primera vez que diferentes ciudades coincidan con su topónimo.
En algunos de ellos son mencionados por los exóticos productos que allí compran, como los que escriben en el primer libro de los Reyes: 
“Pues la flota del Rey se hacía a la vela, e iba a la flota de Hiram una vez cada tres años a Tarsis a traer de allí oro y plata, y colmillos de elefante, y mono, y pavo reales”
(I Reyes 10, 22)

En otros escritos que mencionan se corresponden más con los Tartessos de la Península Ibérica, como la del libro de Ezequiel, cuando en su segunda profecía contra Tiro afirma: 
“Los de Tarsis comerciaban contigo, henchían tus mercados con gran copia de toda suerte de riquezas: de plata, de hierro, de estaño y de Plomo. Grecia, Túbal y Mosoc también negociaban contigo, trayendo a tu pueblo esclavos y artefactos de cobre”
(Ezequiel 27, 12-13)



En todas aquellas fuentes escritas que de un modo u otro mencionan a Tartessos son numerosas, siendo en unas con pocas referencias y de validez reducida con tan poca información que hace difícil el trabajo a los historiadores. Y en otras referencias son simplemente míticas, y aunque a través de dicho mito en ocasiones han procurado desentrañar parte de la realidad, ha sido algo que han arrojado más de confusión que claridad a los problemas historio-gráficos abiertos. En este caso de Tartessos mitológico, hacemos referencia aquellas historias que nos dejaron en los escritos los griegos y que han llegado hasta hoy. Sin duda este tipo de relatos mitológicos los que más han favorecido un crecimiento enigmático a su interpretación. Sin embargo, siempre tras un examen detallado y riguroso, dicho mito puede ser utilizado por los historiadores para la reconstrucción histórica de un pueblo, ya que los relatos mitológicos siempre encierran una parte de realidad.

Los Antepasados de los Tartessos
Para saber de una civilización, hay que ir a sus orígenes, sus antepasados. Una civilización no aparece de la noche a la mañana, de forma espontanea en un lugar en concreto. Tiene un proceso, una cadena de transformaciones. Por esta razón y procurar entender mas a una civilización, el crecimiento histórico siempre profundiza en las causas y en las consecuencias de los acontecimientos. Hay que retroceder hasta la Edad del Bronce Final, mientras que otra sección de la investigación consideran que los Tartessos se formaron con la llegada de los fenicios, es un debate que difícilmente se llegue a un acuerdo, pero parece evidente que los indígenas que habitaban en aquella zona, la depresión del Guadalquivir, fue de interés para los fenicios y posteriormente para los griegos y por supuesto las riquezas naturales que allí había. Con el comienzo de las colonias fenicias es cuando los investigadores llaman el comienzo de la Edad del Hierro y fue por lo tanto la interacción entre Tartessos y fenicios, hizo a una civilización, a Tartessos, más compleja. El Bronce Final, se convierte en la etapa inmediatamente anterior a la llegada de los colonizadores fenicios, cuya cronología desde los últimos momentos del segundo milenio antes de Cristo hasta los primeros siglos del primer milenio, es decir, durante el cambio de milenio. Pero hay que tener en cuenta que en fechas, los límites no son rígidos, es bastante difícil establecer una fecha precisa de inicio, y en cuanto al final de este período llegaría el siglo VIII a. C. lo que lleva a que sería realmente importante estudiar los siglos X y IX ya que son los que determinan lo que los fenicios se encontraron al llegar a las costas del suroeste peninsular.
A partir del siglo VIII a. C. las colonias establecidas verdaderas ciudades llena de actividad, a lo que hacer mantener con otras sociedades mediterráneas las relaciones sean permanentes y constantes, pero no eran contactos nuevos los que tenían, ya se producían, pero de un modo más esporádico.




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