domingo, 24 de noviembre de 2024

SIERRA JUAN PÉREZ - VÍBORAS ALTAS

 Nadie inventa nada, porque todo está escrito en la naturaleza. La originalidad consiste en volver al origen.

Antonio Gaudi.

Localidades de referencia: Serrato - El Burgo

Entorno: P. N. Sierra de las Nieves.

Trazado: Circular, con trazado lineal al comienzo y final de la ruta.

Distancia: 10 km

Dificultad: Baja 

Altura Máxima: 1.214 m.s.n.m.

Altura Mínima: 923 m.s.n.m.

Trackhttps://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sierra-de-juan-perez-vibora-alta-192871587


En el extremo norte de la Sierra de las Nieves se encuentra la Sierra de Juan Pérez, lindando con la Serranía de Ronda y la Comarca de Guadalteba. Para llegar al inicio de ruta hay que coger la carretera provincial MA-5400 y a la altura del pk 10 comienza una pista forestal con espacio suficiente para estacionar los vehículos.

La totalidad de la ruta es de dificultad baja, en los tramos de ascenso y descenso a la Sierra de Juan Pérez hay tramos que son veredas de ovejas y pedregoso, pero no son tramos de mucha dificultad. 


Se camina por una pista forestal en muy buen estado y por un bosques de pinos de repoblación. A nuestra espalda nos dejamos el Almorchón de Gutiérrez.

ALMORCHÓN DE GUTIÉRREZ


La pista forestal que atraviesa el bosque de pinos de repoblación.


Al recorrer un kilómetro y medio tomamos un ramal a la derecha en bajada por una pista que nos lleva a deposito de cemento que nos sirve de hito para seguir en una pequeña subida que nos lleva a una fuente junto a un helipuerto y una balsa de agua de contra-incendio.








Justo por encima de la fuente hay otra pista forestal, menos transitada por vehículos, pero de cómoda para caminar. Llegado a un punto la pista hace una curva cerrada hacía la izquierda. Justo en ese punto, podemos hacer un ramal de ida y vuelta por un camino de ovejas hasta una llegar al montículo que se encuentra más al norte de los que compone esta modesta sierra que nos ofrece unas vistas panorámicas únicas.





Comienzo del tramo lineal que nos lleva a un modesto pedregal con unas amplias vistas. La ida y vuelta son unos 900 metros aproximadamente.





Repoblación de pinsapos en la cima de Juan Pérez.


Punto geodésico y junto a él un pluviómetro. Lugar con una amplia visión panorámica.


Un peñón en la proximidad del punto geodésico.


Meseta de los Quejigales, Parque Nacional Sierras de las Nieves.


Sierra Prieta y Sierra Cabrilla.


Cumbre de La Huma cubierto.


Durante el descenso me encuentro con una estrecha sima.


Volvemos a llegar a la pista forestal por la que empezamos la ruta, pero en otro punto más adelante. En este punto empezamos a cerrar el circulo. Una vez que llegamos a la pista forestal conocida como "Carril de Las Víboras", giramos a nuestra izquierda y llegamos al Cortijo de Las Víboras, se encuentra en ruinas.





CORTIJO DE LAS VÍBORAS

A la altura del cortijo abandonamos el carril ha nuestra derecha para caminar por un modesto torcal y subir al Cerro de la Víbora Alta.


Una vez que hacemos cumbre en este modesto torcal, seguimos al frente bajando por el caos de rocas hasta llegar al bosque de pinos y caminar por un carril hasta llegar a un poster de telefonía, dónde giramos a nuestra izquierda hasta llegar de nuevo al carril de Las Víboras, y continuamos a nuestra derecha y, sin dificultad alguna, llegamos al final de ruta.







domingo, 29 de septiembre de 2024

CECILIO GARCÍA DE LA LEÑA (1726-1798), pseudónimo de CRISTÓBAL MEDINA CONDE



   Cecilio García de la Leña es el pseudónimo bajo el que escribió el canónigo de la catedral de Málaga, Cristóbal Medina Conde, al que se le prohibió publicar con su nombre al ser acusado de falsificar la procedencia de hallazgos arqueológicos en sus excavaciones en la Alcazaba de Granada.

   Nacido el 15 de marzo de 1926 en el municipio de Tímar, situado el la alpujarras granadina. Fue historiador, arqueólogo, geógrafo agrónomo y enólogo, además de canónigo en la catedral de Málaga. En su obra "Conversaciones históricas malagueñas", que firma bajo el pseudónimo de Cecilio García de la Leña por el motivo anteriormente expuesto. En dicho trabajo, hace un amplio informe sobre Fuente de Piedra atendiendo múltiples aspectos: antigüedad, origen, nombre, propiedades del manantial, características de La Laguna Salada y su fauna, entre otras cosas.

   Se dedica exclusivamente en la provincia de Málaga, ciudad en la que moriría el 15 de junio de 1798.

   De su obra, en el Tomo I, la dedica a la Historia Natural de la provincia la mayor parte del texto. En la misma comenta haber tenido noticias de la publicación en 1777 del "Viaje de Gibraltar a Málaga"  de Francis Carter, al que no deja en buen lugar, atribuyéndole muchos defectos e inexactitudes. Por otro lado, tanto Ildefonso Marzo como Francisco Guillén Robles en sendas "Historias de Málaga y su provincia", publicadas en 1851 y 1874, desacreditan sin reservas las "Conversaciones históricas malagueñas" de Medina Conde. Sin duda, nos encontramos ante un polémico autor que, con la perspectiva del tiempo, tenemos con un insólito recopilador e investigador en temas malagueños.

   En el desarrollo de la obra nos encontramos con las "Producciones del reyno mineral", destacando los descubrimiento del cura de Cortes de la Frontera, don Francisco Xavier de Espinosa y Aguilera en Sierra Bermeja, donde localizó yacimientos de plata, cobre y de alcohol o plomo; hace referencia de una mina de plata en Montecorto y señas de oro en la Sierra Parda de Tolox. En Cútar sitúa yacimientos de acero; de cobre en Pujerra y en Marbella; minas de hierro en Mijas, Periana, Benaoján, Alpandeire, Cortijo de las Navetas, etc... Además indica: En cuanto a salinas bastada la célebre de Antequera, que es una laguna de sal de más de una legua de largo y medio de ancho; la Laguna de Fuente de Piedra entra a formar parte de las citas sobre recursos naturales, si bien de forma anónima.

   La obra de W. Bowles "Introducción a la Historia Natural y a la Geografía Física de España" (1775). Juan Antonio de Estrada "Población General de España", impresa en 1748.

   Sobre el Reyno vegetable, sobre las plantas medicinales, reconoce, ser peregrino en estas partes de la Física, por lo que recurrió a varios herbolarios, boticarios y médicos. Y afirma haber: he consultado con un sujeto muy inteligente y práctico, residente en esta Ciudad, quien me ha arreglado los más de sus nombres sistemáticos a nuestro Castellano, españolizándolos según el sistema de Linneo. Consecuencia de ello, realizo una exhaustiva lista de plantas, entre ellas cita los pinzapos y el texo.

   Por último, en la Conversación IX, "Sobre las producciones del Reyno Animal de Málaga y algunos Lugares de su Obispado", hace referencia del hurón el uso de la caza de conejos, zorros y los pájaros en sus nidos. Bajo el mismo epígrafe trata el apartado de la Caza Mayor y Menor, y nos menciona que se encontraban en los montes cabras montesas, corzos, comadrejas y camaleones en Cútar, sobre las que hace referencia biológica: Dixeron algunos que se mantenían del ayre; pero ya se sabe que se sustentan de moscas y mosquitos que cazan con la lengua, que es larga, terminando en garabato. Además cita al lagarto común, cornejas, erizos de tierra, gatos monteses, gatos clavos o cervales que en los extremos de las orejas, y puntos de la nariz tienen unos pelos recios y negros, que le hacen una especie de clavo (...), los jabalíes son muy frecuentes en todas estas sierras como los lobos; menciona especies como lirones, merlones: ignoro su forma. Las nutras o nutrias, animales anfibios, se crían en nuestras riberas. Sobre los osos hace la misma cita que Francis Carter, extraída de las Memorias de Ronda: El último que se mató en el Bosque de los Césares fue en el año 1571 (...), hay también puercos espín: texones muy parecidos a las raposas, aunque más pequeños, y con su sangre seca y hecha polvos, dice Plinio, se cura la lepra; también menciona topos, tortugas, galápagos, culebras, lagartos, gusanos e insectos. Sobre los páxaros y aves, que las hay de todas las especies para la diversión de la caza, de la vista, de la música, y de regalo, por lo que los extranjeros llaman a la Andalucía la Paxarera de España. Recogemos sus citas sobre la fauna silvestre: una especie de avatura (seguramente se refiera al sisón); corneja negra, grajos; urraca que se cría en Mijas y otros lugares... se llama así mismo picaza; arrendajos. Hay águilas, aguilillas, alcones, alondros, agachaderas, anades, ansares, aves-toro (...). Se crían búhos, buytres, cucos, cuervos, chirlos, calandrias, gansos, gavilanes, garzoas, gallinetas o chochas perdices, o pitorros, gangas, grullas..., flamencos, flamenquillos, etc. Añade: También se crían algunas lagunas, riveras del mar, y de los ríos las grandes y hermosas aves llamadas flamencos, y por los antiguos Phoenicopteros..., tras una descripción de anatomía refiere: Los romanos las tenían en gran regalo, y en especial sus lenguas, que les eran un plato muy exquisito...

   Concluye con la Relación Ichthyologica, o de los pescados fluviales y marítimos de todas las especies, mariscos, plantas y otras producciones que se secan y cogen en estas costas de Málaga, con los demás perteneciente a la Conchiliologia, para cuya elaboración recurre a las obras de Josef Comide, Terreros y Gerónimo de la Huerta.

   En el transcurso de su trabajo aflora su vocación recopiladora sobre el carácter de los otros autores tratados, básicamente escritores y viajeros.


BIBLIOGRAFÍA:

Moreno Borrell, Saturnino. La Naturaleza y el paisaje de Málaga a través de viajeros, naturalistas y científicos. (Siglos XVIII-XX).

- https://www.generacion-ranos54-55.com/fuente-de-piedra/personajes-c%C3%A9lebres/7-cecilio-garc%C3%ADa-de-la-le%C3%B1a/

domingo, 1 de septiembre de 2024

RONDA - TAJO DEL ABANICO - COTO ALTO - CERRO DEL CINCHO - PILAR DE CARTAJIMA - RONDA

 Localidad de referencia: Ronda

Entorno: Serranía de Ronda

Trazado: Circular

Duración: 6 horas

Distancia: 19,2 km

Dificultad: Media/Baja

Altura Máxima: 980 metros

Altura Mínima: 627 metros

   Ruta emblemática que se puede realizar cualquier época del año. Como punto de partida es en la Barriada de San Francisco, junto al pilar que hay en la Puerta de Almocabar. Desde hay tomamos la calle Torrejones que enlaza con la carretera de Ronda - Algeciras, pasando por la Torre del Predicatorio, que es una antigua columnaria romana datada del siglo III d. C. Es un antiguo depósito de agua cuya función era la de acumular agua para ganar presión.

   Continuamos hasta llegar a un cruce que coincide con el cruce a la Ermita Rupestre de la Virgen de la Cabeza. El camino a tomar es el Camino de Sijuela, que nos adentra al misterioso Tajo del Abanico por el camino medieval. Un poco antes de llegar al tramo que discurre por el Tajo del Abanico, pasamos por la ruinas de un cortijo donde se encuentra un silo de época musulmana, que tiene como nombre la Torre de la Caná. Este impresionante camino que nos lleva hasta la preciosa Cueva del Abanico. 

   Las aguas han perfilado durante miles de años la garganta fluvial, dibujando entalladuras, tajos y algunas sobaqueras de gran tamaño, como es el caso de la Cueva del Abanico. Este lugar es frecuentado por escaladores. Junto a esta se puede observar una más pequeña y mucho más umbría y estrecha. Se puede acceder hasta el fondo unos metros, siendo en lo más profundo de la cueva hay unas pinturas rupestre, seguramente son muy recientes, simulando a nuestros ancestros. Se puede regresar rodeando unos caos de piedras. En este lugar se rodaron algunas escenas de la película Carmen la de Ronda, una opera film, cuyo protagonista fue el tenor Placido Domingo. La escena en concreto es a la altura de 1 hora y 32 minutos y dura aproximadamente media hora.

https://www.youtube.com/watch?v=bhzw1G5M9Ms

   

   Continuamos por el Coto Alto pasando por una balsa y por una pista forestal iremos ascendiendo pasando junta a la majestuosa fuente del Coto Alto y más adelante, tras pasar por una angarilla de doble puerta, llegamos a un cruce que nos da una majestuosa vistas de la ciudad de Ronda.



   Continuamos por la pista, que desciende hasta la carretera de Ronda - Algeciras, que con precaución hay que cruzar para ir por un sendero que sube cómodo  por el Cerro del Cincho y después nos lleva a otra pista forestal para enlazar con el sendero de la Hierbabuena, que parte a nuestra izquierda en una curva a la derecha por la pista que vamos. 

   Por este camino llegamos hasta Ronda, pasando por el Pilar de Cartajima hasta llegar a la barriada de San Francisco de Ronda.











La roca por la que recibe el nombre, el Abanico.







































lunes, 3 de junio de 2024

GEORGE ALEXANDER HOSKINS (1802-1863)

...a nuestra izquierda un pueblo llamado Benadalid, con un castillo moro junto a él, mejor construido que la mayoría de las fortalezas de su género.




 Fecha del viaje: 1851

Spain, as it is

Londres, 1851

Nacido en Higham, Inglaterra en 1802 y falleció el 21 de noviembre de 1863 en Roma, Italia. Es el segundo hijo George Hoskins y su esposa Mary Alison, de Liverpool. Se formó como abogado en el Inner Temple entre los años 1837 y 1840. Visitó Egipto y Nubia en los años 1832 y 1833. Llego a conocer a Francis Arundale, Fredeick Catherwood, Joseph Bonmi y Robert Hay, este último tenía una casa en Qurna dónde Hoskins se hospedó y dejó una inscripción.


Su obra "Spain, as it is", un trabajo en dos volúmenes reflejo de su viaje por España, con bastante detenimiento en los museos de arte, en especial en el Real Museo de Madrid. George A. Hoskins debía su conocimiento de la cultura española de fuentes como "History of Spanish Literature" de George Ticknor (1849) y los "Annals of the Artists of Spain"  de William Stirling (1848).



Llega a España desde Inglaterra en compañía de su criado y de una mujer de la que guarda su identidad. Su devoción por el arte le lleva a visitar cuantos museos encuentra a su paso, incluso un inventario hace un inventario de los cuadros que aquellos contienen.

Se extravían por el camino tomando un sendero equivocado y solitario, el cuál le llevan a Carratraca sin proponérselo, que comparándola con Málaga le parece un lugar frío, incluso en verano. Debe su forma a los baños de hidrógeno sulfatado. El agua mantiene una temperatura de 17,5 grados y gozan de un gran prestigio en Andalucía. De tres a cuatro mil extranjeros suelen frecuentarlos todos los años. Con las aguas termales del manantial riegan las tierras del cultivo, produciendo excelentes cosechas; sin embargo, un hecho que disgustan a los forasteros que alquilan las casas en el pueblo, ya que no tienen en cuenta que la tierra filtra las impurezas y se niegan a comer las verduras que han sido fertilizadas con las aguas que ha resbalado antes por la piel enferma de las personas.

Después de hacer noche en Carratraca, reanudan el viaje a las 6 de la mañana y se dirigen a Ronda, pasando, sin detenerse, por Ardales, Ortegícar y Serrato. Sobre las 17 horas llegan a Ronda. Habla, en general, de los habitantes de la Serranía aclara que desde la dominación árabe ya tenían fama de ser los más activos, fuertes y belicosos de todos los españoles y que sus descendientes siguen conservando parte de ese carácter.

En Ronda permanece apenas una tarde, aunque dicen que lo han visto todo. A la mañana siguiente prosigue la marcha, pero antes de salir visita el mercado en plena actividad. A última hora de la mañana llegan a Atajate, desde donde contemplan una espléndida vista del Valle del Genal. Después pasan por Benadalid, de la que comenta:

   A las dos y media dejamos a nuestra izquierda un pueblo llamado Benadalid, con un castillo moro junto a él, mejor construido que la mayoría de las fortalezas de su género. Es una edificación de masa cuadrada, situada sobre una colina que se proyecta sobre el valle, con una torre redonda en cada ángulo, defendido por otra, en el centro, sobre la entrada. La situación del castillo y pueblo es muy pintoresca, en un rico y fértil valle y rodeado por un espléndido anfiteatro de montañas; algunas cubiertas de árboles y maleza y otras con el tinte grisáceo de la esterilidad.


Continúan el viaje y divisan Gibraltar:


   La vista era muy hermosa. El valle tachonado de pueblos pintorescos, el mar Mediterráneo, en calma como un lago y África después, con las viviendas de Ceuta perceptibles bajo el sol reluciente. Era  imposible resistirse a la idea de que la pequeña roca de Gibraltar formaba parte de las montañas que estábamos atravesando. No es extraño que los españoles envidien nuestra posesión ya que es un pedazo de su tierra.




Reanudan el viaje y llegan a Gaucín a las 17 horas y pasan allí la noche. Sobre los campesinos que se encuentran trabajando, opina de ellos: "son educados, respetuosos y atentos, si estaban comiendo, invariablemente, con la misma deferencia para el forastero que en los países del Este, nos pedían que nos uniéramos a ellos".

En sus últimas líneas del relato, antes de llegar a San Roque, Hoskins se las dedica al Valle del Guadiaro:

    Es estrecho y muy hermoso; lleno de huertos de naranjos, cargados de frutos, que perfuman el aire con sus flores. Como la carretera no abandonaba el valle, tuvimos que vadear el vasto río unas veinte veces. Ancho lo llamo para España donde, con buen tiempo, rara veces son más grandes que los nuestros ingleses. El Guadiaro aparecía a menudo entre treinta y sesenta pies de ancho; pero el agua nunca sobrepasó las rodillas de nuestros caballos. El valle pronto se ensanchó. Dejamos su corriente y cabalgamos por fructíferas tierras vestidas de pródigas cosechas de trigo y lino.


Bibliografía:

GARRIDO DOMÍNGUEZ, Antonio. "Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El camino inglés". Editorial La Serranía SLL. Ronda, Málaga. Julio 2016.


https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/hoskins-george-alexander/7cf95af9-36b7-43b3-83be-ad1a0a228703


http://www.griffith.ox.ac.uk/gri/4hoskins_morkot.html

sábado, 20 de abril de 2024

SAMUEL EDWARD COOK WIDDRINGTON (1787-1856)

 Más arriba, en las más inaccesibles cumbres de la Serranía, existe una especie que no he podido clasificar y que solamente conozco por las vagas descripciones que me dieron los nativos, sin tiempo ya para visitar el lugar. Crece en los alrededores del San Cristóbal y en la Sierra de las Nieves. Por los datos que tengo podría tratarse del pino silvestre.

Samuel Edward Cook Widdrington


Fecha del viaje: 1829

Sketches in Spain during the years 1829, 1830, 1831 and 1832

Londres, 1834

Nacido en el año 1787, falleció el 11 de enero de 1856. Militar inglés que ostentaba el cargo de capitán de navío. Habiendo servido en la Royal Navy.

Tenía pasión por España, la que recorrió durante un periodo de tres años, desde 1829 a 1832. Hijo de unos padres acaudalados, había abandonado el puesto de capitán de navío cinco años antes de su viaje a España. En 1840, adoptó el apellido de su madre, Widdrington.

No era el conocido capitán Cook (1728-1779), el descubridor de Australia.

Llegó a España en el mes de octubre de 1829, pero no entró por Gibraltar como la mayoría de sus compatriotas, sino que lo hizo desde Bayona, en diligencia se dirige a Córdoba, Granada, Málaga y Ronda. Tan grande es su deseo de llegar a Andalucía que su estancia en Madrid es mínima. Su obra fue muy valorada, siendo uno de los objetivos el de sacar a la luz la verdadera realidad de España, bastante falseada por los trabajos de algunos escritores románticos, más interesados en pintarla superficialmente y a la ligera que en descubrir su verdadera esencia.

Su primer contacto con la Serranía de Ronda, después de visitar Málaga, es cuando llega a Yunquera. A la escasez de posadas o de otra edificación destinado al mismo fin, consigue encontrar alojamiento en casa de un militar retirado.

S. E. Cook parte desde Ronda a Sevilla para continuar su viaje. El otoño de ese mismo año fue muy lluvioso, lo que dificultaba mucho el trayecto por estar el terreno enfangado y los ríos crecidos. La dificultad de cabalgar era mayor, si no se disponía  de buenos animales. Echa en falta unos buenos caballos, escaseaban después de la Guerra de Independencia apenas dejó alguno vivo. Su gestión en Ronda fue a manos de José Zafrán, experto guía, para que lo acompañe a Sevilla con un caballo de los de antes, gestión que retrasaría un día su salida.

Algo que le sorprende a Samuel E. Cook es la inusual rapidez con la que los andaluces entablan amistad con los desconocidos, con un "Dios guarde a usted" y continúa cada uno dando cuenta de su lugar de procedencia y adónde se dirige. Con conocimientos mutuos tan escasos y tempraneros se levantan relaciones tan fuertes que llegan a durar toda la vida, ayudando en la próxima ocasión que se encuentren, en el lugar que fuere, se traten como viejos camaradas.

Por la necesidad de no viajar solo, se suele contratar a un mozo o un guía, señal de que no va a faltar ni diversión ni chismorreo durante todo el trayecto. En general, el interés de los mozos por encontrar compañía es tal que a escondida de los que los contratan para que le sirvan de guías suelen perderse por las posadas para tratar de enterarse de qué viajeros llevan las misma ruta e intentar unirse a ellos.

Sobre el mozo que guía a Cook Widdrington, tan enfrascado anda en conversaciones con unos y otros de sus recientes compañeros que, para disgusto del inglés, se olvida de detenerse en el pueblo donde tenían previsto comer.

Para Samuel E. Cook dice que los caballos de la Serranía de Ronda siempre tuvo fama de ser una comarca en la que se criaban unos caballos excelentes a los que llaman "serranos"; sin embargo, la práctica de su cría, por desgracia, ha desaparecido. Pérdida lamentable que también se a extendido en otras regiones, y en la que el Gobierno trata de poner fin, pero con escasa fortuna. "Se publican edictos, se ofrecen recompensas y se imponen sanciones a los criadores de animales de inferior raza, pero sin resultado".

También considera que a la mula no se apreciaba en su justo valor a los que, sin argumentos, se les tacha de falta productividad.

El inglés es el primer viajero que destapa el bosque de pinsapos con estos términos:

En la Serranía de Ronda acaba la sección sur de bosques. En los barrancos y cursos de los ríos se encuentra el pino pinastro, que se utiliza en Marbella para fundir el mineral de hierro. Mezclado con él, pero en terrenos más bajos se halla el halipensis, y en la parte oeste, el pino de piñas. Más arriba, en las más inaccesibles cumbres de la Serranía, existe una especie que no he podido clasificar y que solamente conozco por las vagas descripciones que me dieron los nativos, sin tiempo ya para visitar el lugar. Crece en los alrededores del San Cristóbal y en la Sierra de las Nieves. Por los datos que tengo podría tratarse del pino silvestre.





BIBLIOGRAFÍA:

-GARRIDO DOMÍNGUEZ, Antonio. "Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El Camino Inglés". Editorial La Serranía. Ronda 2006. Málaga.

-https://castajijona.blogspot.com/2010/10/samuel-edward-cook-intelectual-ingles.html



domingo, 31 de marzo de 2024

RICHARD FORD (1796-1858)

 Todos mis amigos de Gibraltar me aconsejaron vivamente que no me aventurara a volver a territorio español. No les hice caso y me dirigí a Ronda, a través de una región salvaje y montañosa, llena de contrabandistas y bandidos (aunque uno no implica lo otro).


                



Fecha del viaje: 1832

The Letters of Richard Ford (Las Cartas de Richard Ford). 

Londres, 1908

   Nacido en Londres el 21 de abril de 1796 en el seno de una familia aristocrática. Gozó de una educación selecta, acorde a su inteligencia y amplia fortuna de sus progenitores. Estudió en Winchester y en el Trinity College de Oxford. De su madre heredo la pasión por las artes, mientras que la de conocer España se forjó con la contemplación de las pinturas de la escuela española, Zurbarán, Ribalta y Velázquez, que su familia poseía. En 1824 contrajo matrimonio con Harriet Capel, hija del conde de Essex, el cual había sido amigo íntimo de su padre. Tuvieron seis hijos del que solo sobrevivirán dos hijas y un hijo, el futuro diplomático Sir Frances Clare Ford. Su viaje a España fue de forma indirecta, la frágil salud de su esposa hizo buscar un clima más benigno y precipitó su viaje a España, a la que que llegó en 1830, en 1837 su esposa falleció. Sus amigos le aconsejaban diferentes ciudades como residencia: el cónsul británico en Málaga y Washington Irving, que se alojara en el mismo recinto de la Alhambra en la que él estuvo durante su estancia e Granada. Finalmente optó por Sevilla.

   Con sus trabajos Handbook for Traveller in Spain (Manual para el Viajero por España), y Ghathering from Spain (Cosas de España: el país de lo imprevisto), alcanza su techo en las guías de viaje. En 1839, Ford volvía a residir en Inglaterra, ya había recorrido cada palmo de España y tomado miles de anotaciones en la libreta que le acompaña en el viaje. Un día estaba cenando en su casa con la compañía de John Murray II, y en el transcurso de la cena, Murray le pidió que le recomendara una persona para escribir una guía de viajes sobre España. "Lo haré yo mismo", le contesto Ford (R. E. PROTHERO, The Letters of Richard Ford, New York, 1905, p. 173.). Se acordó un plazo de un plazo de seis meses que se alargaría hasta cinco años, y aunque olvidado por Ford el proyecto, una vez acometido, pasó semana tras semana pegado a su escritorio de trabajo. El éxito, para una guía que más que seguir la línea tradicional de éstas, se adentraba en el campo de una enciclopedia. Se vendieron cerca de 1400 copias en tan solo tres meses, algo fuera de lo común en esa época.

   Para su presentación ante la sociedad sevillana, Ford trae consigo varias cartas de recomendación para gobernadores y grandes de la ciudad, entre ella una muy especial del duque de Wellington para su amigo, Pedro Agustín Girón (el General Girón y Marqués de las Amarillas, hijo del rondeño Gerónimo Girón y Moctezuma, Marqués de las Amarillas).

   A través de la correspondencia, va conociendo, poco a poco,  que la audacia del bandolero José María alias "el Tempranillo" con acciones de lo más inverosímil, no tiene límites ni tratándose, como es el caso de asaltar y secuestrar  a un grupo de militares. Lo comenta en una carta fechada el 11 de enero de 1832:

   Aquí, el tiempo es de lo más delicioso, soleado y balsámico. El invierno ha desaparecido. Estoy pensando en ir de caza con Martín y Edén, sin tener que temer la aparición de José María. Comprendo que los oficiales raptados cerca de Gibraltar pagaran el rescate. Para otra vez mejor harían cruzando a África, donde la cacería, los viajes y, desde luego, todas las comodidades de la vida civilizada se consiguen más fácilmente que en España.

   José María ha ofrecido a Quesada (Capitán General de Andalucía) que renunciaría a sus correrías a cambio de un perdón seguro. Sospecho que ha delegado la férrea voluntad de su vocación a un segundo, un tal Juan Caballero. Me lo ha referido Quesada, quien ha añadido que él no ha hecho ningún caso a sus peticiones.

   De una forma u otra, la figura del bandolero sigue dando vueltas alrededor de Ford, aunque sea a través de algunas de sus víctimas. Lo refleja en la carta con fecha de 1 de febrero de 1832:

   Hemos recibido la visita de tres oficiales de la guarnición de Gibraltar; dos de las cuales, eran del grupo que José María llevó prisionero a las montañas. Ahora ha querido robarles otra vez y al entenderse de que estaban en Jerez, atracó ayer la diligencia pensando atraparlos; pero para sus suerte, éstos habían hecho el trayecto en barco. La verdad es que ahora corren gran peligro los viajeros ingleses sabiendo que éstos pagan formidables rescates.


   A finales de febrero de 1832, Ford inicia en solitario un viaje a caballo en solitario por el sudeste con el objetivo de conocer las poblaciones de Tarifa, Algeciras, Jerez de la Frontera y Ronda. Las siguientes líneas forman parte de la carta escrita a idéntico destinatario que las anteriores, también desde Sevilla, fechada el 31 de marzo de 1832:


Desde la última vez que te escribí he estado recorriendo las montañas de Ronda, sin haberme tropezado con el temido José María. Fui primero a nuestro consulado en Cádiz, a ver las pinturas y beber el vino de allí, ambas estupendas cosas de buen gusto. Luego por Vejer a Tarifa para ver el castillo de Guzmán el Bueno, y los ojos de las mujeres tarifeñas. Van como las tangerinas, cubriendo sus rostros con una manta negra; sus ojos negros brillan y te asaetean como un dardo...

   Todos mis amigos de Gibraltar me aconsejaron vivamente que no me aventurara a volver a territorio español. No les hice caso y me dirigía a Ronda, a través de una región salvaje y montañosa, llena de contrabandistas y bandidos (aunque uno no implica lo otro). El viaje a caballo fue sorprendente. Las ciudades de nombres moros, colgadas como nidos de águilas en pináculos casi inaccesibles. La verdad es que son todavía moros hablando español. Ronda con su tajo o grieta, entre la parte antigua y la moderna. Sin duda vale la pena que te roben si con eso puedes contemplarla.

   Desde aquí a Jerez a través de Grazalema, el reino de José María y sus contrabandistas. Tuve aquí una larga entrevista con Frasquito de la Torre y sus once bandidos. Ahora son todos hombres de bien, indultados y en persecución de los malhechores. Se han propuesto limpiar Andalucía de ladrones, una mala hierba de la que nunca se verán libres todos los armados agricultores de Europa. Formaban un pintoresco grupo de bien vestidos majos. No obstante, llevo una escolta de seis soldados que me ha proporcionado el general Monet,  que habrían hecho frente a cualquier enemigo; pero de todos modos, se han portado civilizadamente conmigo, dándome vino y presentándome a sus mujeres que no sin tan guapas como nuestras sevillanas.

   La mención de José María, con la que Ford establecerá una relación especial, empieza a ser frecuente en sus cartas. Llegó a utilizar expresiones cómo "prefiero encontrarme mejor con José María que con el cólera", este último le impidió realizar algunos de sus recorridos por España.

   En otra carta escrita en Sevilla con fecha el 1 de agosto de 1832, en la que le cuenta la muerte de unos de sus hijos, el cuál enfermó tras una caída en la Alhambra, vuelve a contar cosas de José María y de su salto de salteador de caminos a persona respetada:

   José María es ahora un hombre de bien, viviendo jubilado como un caballero honrado, retirado de una profesión industriosa y honorable, disfrutando del otium cum dignitate, la rica recompensa a su meritorio trabajo a su meritorio trabajo  en Estepa. Por un amplio indulto han sido recibidos en sociedad como honrados españoles. Las carreteras son, en consecuencia, de momento, bastante seguras, en tanto que continúe la inestable virtud de estos caballeros.


BIBLIOGRAFÍA:

-GARRIDO DOMÍNGUEZ, Antonio. "Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El Camino Inglés". Editorial La Serranía. Ronda 2006. Málaga.

-Varias fuentes de Internet.