domingo, 31 de marzo de 2024

RICHARD FORD (1796-1858)

 Todos mis amigos de Gibraltar me aconsejaron vivamente que no me aventurara a volver a territorio español. No les hice caso y me dirigí a Ronda, a través de una región salvaje y montañosa, llena de contrabandistas y bandidos (aunque uno no implica lo otro).


                



Fecha del viaje: 1832

The Letters of Richard Ford (Las Cartas de Richard Ford). 

Londres, 1908

   Nacido en Londres el 21 de abril de 1796 en el seno de una familia aristocrática. Gozó de una educación selecta, acorde a su inteligencia y amplia fortuna de sus progenitores. Estudió en Winchester y en el Trinity College de Oxford. De su madre heredo la pasión por las artes, mientras que la de conocer España se forjó con la contemplación de las pinturas de la escuela española, Zurbarán, Ribalta y Velázquez, que su familia poseía. En 1824 contrajo matrimonio con Harriet Capel, hija del conde de Essex, el cual había sido amigo íntimo de su padre. Tuvieron seis hijos del que solo sobrevivirán dos hijas y un hijo, el futuro diplomático Sir Frances Clare Ford. Su viaje a España fue de forma indirecta, la frágil salud de su esposa hizo buscar un clima más benigno y precipitó su viaje a España, a la que que llegó en 1830, en 1837 su esposa falleció. Sus amigos le aconsejaban diferentes ciudades como residencia: el cónsul británico en Málaga y Washington Irving, que se alojara en el mismo recinto de la Alhambra en la que él estuvo durante su estancia e Granada. Finalmente optó por Sevilla.

   Con sus trabajos Handbook for Traveller in Spain (Manual para el Viajero por España), y Ghathering from Spain (Cosas de España: el país de lo imprevisto), alcanza su techo en las guías de viaje. En 1839, Ford volvía a residir en Inglaterra, ya había recorrido cada palmo de España y tomado miles de anotaciones en la libreta que le acompaña en el viaje. Un día estaba cenando en su casa con la compañía de John Murray II, y en el transcurso de la cena, Murray le pidió que le recomendara una persona para escribir una guía de viajes sobre España. "Lo haré yo mismo", le contesto Ford (R. E. PROTHERO, The Letters of Richard Ford, New York, 1905, p. 173.). Se acordó un plazo de un plazo de seis meses que se alargaría hasta cinco años, y aunque olvidado por Ford el proyecto, una vez acometido, pasó semana tras semana pegado a su escritorio de trabajo. El éxito, para una guía que más que seguir la línea tradicional de éstas, se adentraba en el campo de una enciclopedia. Se vendieron cerca de 1400 copias en tan solo tres meses, algo fuera de lo común en esa época.

   Para su presentación ante la sociedad sevillana, Ford trae consigo varias cartas de recomendación para gobernadores y grandes de la ciudad, entre ella una muy especial del duque de Wellington para su amigo, Pedro Agustín Girón (el General Girón y Marqués de las Amarillas, hijo del rondeño Gerónimo Girón y Moctezuma, Marqués de las Amarillas).

   A través de la correspondencia, va conociendo, poco a poco,  que la audacia del bandolero José María alias "el Tempranillo" con acciones de lo más inverosímil, no tiene límites ni tratándose, como es el caso de asaltar y secuestrar  a un grupo de militares. Lo comenta en una carta fechada el 11 de enero de 1832:

   Aquí, el tiempo es de lo más delicioso, soleado y balsámico. El invierno ha desaparecido. Estoy pensando en ir de caza con Martín y Edén, sin tener que temer la aparición de José María. Comprendo que los oficiales raptados cerca de Gibraltar pagaran el rescate. Para otra vez mejor harían cruzando a África, donde la cacería, los viajes y, desde luego, todas las comodidades de la vida civilizada se consiguen más fácilmente que en España.

   José María ha ofrecido a Quesada (Capitán General de Andalucía) que renunciaría a sus correrías a cambio de un perdón seguro. Sospecho que ha delegado la férrea voluntad de su vocación a un segundo, un tal Juan Caballero. Me lo ha referido Quesada, quien ha añadido que él no ha hecho ningún caso a sus peticiones.

   De una forma u otra, la figura del bandolero sigue dando vueltas alrededor de Ford, aunque sea a través de algunas de sus víctimas. Lo refleja en la carta con fecha de 1 de febrero de 1832:

   Hemos recibido la visita de tres oficiales de la guarnición de Gibraltar; dos de las cuales, eran del grupo que José María llevó prisionero a las montañas. Ahora ha querido robarles otra vez y al entenderse de que estaban en Jerez, atracó ayer la diligencia pensando atraparlos; pero para sus suerte, éstos habían hecho el trayecto en barco. La verdad es que ahora corren gran peligro los viajeros ingleses sabiendo que éstos pagan formidables rescates.


   A finales de febrero de 1832, Ford inicia en solitario un viaje a caballo en solitario por el sudeste con el objetivo de conocer las poblaciones de Tarifa, Algeciras, Jerez de la Frontera y Ronda. Las siguientes líneas forman parte de la carta escrita a idéntico destinatario que las anteriores, también desde Sevilla, fechada el 31 de marzo de 1832:


Desde la última vez que te escribí he estado recorriendo las montañas de Ronda, sin haberme tropezado con el temido José María. Fui primero a nuestro consulado en Cádiz, a ver las pinturas y beber el vino de allí, ambas estupendas cosas de buen gusto. Luego por Vejer a Tarifa para ver el castillo de Guzmán el Bueno, y los ojos de las mujeres tarifeñas. Van como las tangerinas, cubriendo sus rostros con una manta negra; sus ojos negros brillan y te asaetean como un dardo...

   Todos mis amigos de Gibraltar me aconsejaron vivamente que no me aventurara a volver a territorio español. No les hice caso y me dirigía a Ronda, a través de una región salvaje y montañosa, llena de contrabandistas y bandidos (aunque uno no implica lo otro). El viaje a caballo fue sorprendente. Las ciudades de nombres moros, colgadas como nidos de águilas en pináculos casi inaccesibles. La verdad es que son todavía moros hablando español. Ronda con su tajo o grieta, entre la parte antigua y la moderna. Sin duda vale la pena que te roben si con eso puedes contemplarla.

   Desde aquí a Jerez a través de Grazalema, el reino de José María y sus contrabandistas. Tuve aquí una larga entrevista con Frasquito de la Torre y sus once bandidos. Ahora son todos hombres de bien, indultados y en persecución de los malhechores. Se han propuesto limpiar Andalucía de ladrones, una mala hierba de la que nunca se verán libres todos los armados agricultores de Europa. Formaban un pintoresco grupo de bien vestidos majos. No obstante, llevo una escolta de seis soldados que me ha proporcionado el general Monet,  que habrían hecho frente a cualquier enemigo; pero de todos modos, se han portado civilizadamente conmigo, dándome vino y presentándome a sus mujeres que no sin tan guapas como nuestras sevillanas.

   La mención de José María, con la que Ford establecerá una relación especial, empieza a ser frecuente en sus cartas. Llegó a utilizar expresiones cómo "prefiero encontrarme mejor con José María que con el cólera", este último le impidió realizar algunos de sus recorridos por España.

   En otra carta escrita en Sevilla con fecha el 1 de agosto de 1832, en la que le cuenta la muerte de unos de sus hijos, el cuál enfermó tras una caída en la Alhambra, vuelve a contar cosas de José María y de su salto de salteador de caminos a persona respetada:

   José María es ahora un hombre de bien, viviendo jubilado como un caballero honrado, retirado de una profesión industriosa y honorable, disfrutando del otium cum dignitate, la rica recompensa a su meritorio trabajo a su meritorio trabajo  en Estepa. Por un amplio indulto han sido recibidos en sociedad como honrados españoles. Las carreteras son, en consecuencia, de momento, bastante seguras, en tanto que continúe la inestable virtud de estos caballeros.


BIBLIOGRAFÍA:

-GARRIDO DOMÍNGUEZ, Antonio. "Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El Camino Inglés". Editorial La Serranía. Ronda 2006. Málaga.

-Varias fuentes de Internet.

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