lunes, 3 de junio de 2024

GEORGE ALEXANDER HOSKINS (1802-1863)

...a nuestra izquierda un pueblo llamado Benadalid, con un castillo moro junto a él, mejor construido que la mayoría de las fortalezas de su género.




 Fecha del viaje: 1851

Spain, as it is

Londres, 1851

Nacido en Higham, Inglaterra en 1802 y falleció el 21 de noviembre de 1863 en Roma, Italia. Es el segundo hijo George Hoskins y su esposa Mary Alison, de Liverpool. Se formó como abogado en el Inner Temple entre los años 1837 y 1840. Visitó Egipto y Nubia en los años 1832 y 1833. Llego a conocer a Francis Arundale, Fredeick Catherwood, Joseph Bonmi y Robert Hay, este último tenía una casa en Qurna dónde Hoskins se hospedó y dejó una inscripción.


Su obra "Spain, as it is", un trabajo en dos volúmenes reflejo de su viaje por España, con bastante detenimiento en los museos de arte, en especial en el Real Museo de Madrid. George A. Hoskins debía su conocimiento de la cultura española de fuentes como "History of Spanish Literature" de George Ticknor (1849) y los "Annals of the Artists of Spain"  de William Stirling (1848).



Llega a España desde Inglaterra en compañía de su criado y de una mujer de la que guarda su identidad. Su devoción por el arte le lleva a visitar cuantos museos encuentra a su paso, incluso un inventario hace un inventario de los cuadros que aquellos contienen.

Se extravían por el camino tomando un sendero equivocado y solitario, el cuál le llevan a Carratraca sin proponérselo, que comparándola con Málaga le parece un lugar frío, incluso en verano. Debe su forma a los baños de hidrógeno sulfatado. El agua mantiene una temperatura de 17,5 grados y gozan de un gran prestigio en Andalucía. De tres a cuatro mil extranjeros suelen frecuentarlos todos los años. Con las aguas termales del manantial riegan las tierras del cultivo, produciendo excelentes cosechas; sin embargo, un hecho que disgustan a los forasteros que alquilan las casas en el pueblo, ya que no tienen en cuenta que la tierra filtra las impurezas y se niegan a comer las verduras que han sido fertilizadas con las aguas que ha resbalado antes por la piel enferma de las personas.

Después de hacer noche en Carratraca, reanudan el viaje a las 6 de la mañana y se dirigen a Ronda, pasando, sin detenerse, por Ardales, Ortegícar y Serrato. Sobre las 17 horas llegan a Ronda. Habla, en general, de los habitantes de la Serranía aclara que desde la dominación árabe ya tenían fama de ser los más activos, fuertes y belicosos de todos los españoles y que sus descendientes siguen conservando parte de ese carácter.

En Ronda permanece apenas una tarde, aunque dicen que lo han visto todo. A la mañana siguiente prosigue la marcha, pero antes de salir visita el mercado en plena actividad. A última hora de la mañana llegan a Atajate, desde donde contemplan una espléndida vista del Valle del Genal. Después pasan por Benadalid, de la que comenta:

   A las dos y media dejamos a nuestra izquierda un pueblo llamado Benadalid, con un castillo moro junto a él, mejor construido que la mayoría de las fortalezas de su género. Es una edificación de masa cuadrada, situada sobre una colina que se proyecta sobre el valle, con una torre redonda en cada ángulo, defendido por otra, en el centro, sobre la entrada. La situación del castillo y pueblo es muy pintoresca, en un rico y fértil valle y rodeado por un espléndido anfiteatro de montañas; algunas cubiertas de árboles y maleza y otras con el tinte grisáceo de la esterilidad.


Continúan el viaje y divisan Gibraltar:


   La vista era muy hermosa. El valle tachonado de pueblos pintorescos, el mar Mediterráneo, en calma como un lago y África después, con las viviendas de Ceuta perceptibles bajo el sol reluciente. Era  imposible resistirse a la idea de que la pequeña roca de Gibraltar formaba parte de las montañas que estábamos atravesando. No es extraño que los españoles envidien nuestra posesión ya que es un pedazo de su tierra.




Reanudan el viaje y llegan a Gaucín a las 17 horas y pasan allí la noche. Sobre los campesinos que se encuentran trabajando, opina de ellos: "son educados, respetuosos y atentos, si estaban comiendo, invariablemente, con la misma deferencia para el forastero que en los países del Este, nos pedían que nos uniéramos a ellos".

En sus últimas líneas del relato, antes de llegar a San Roque, Hoskins se las dedica al Valle del Guadiaro:

    Es estrecho y muy hermoso; lleno de huertos de naranjos, cargados de frutos, que perfuman el aire con sus flores. Como la carretera no abandonaba el valle, tuvimos que vadear el vasto río unas veinte veces. Ancho lo llamo para España donde, con buen tiempo, rara veces son más grandes que los nuestros ingleses. El Guadiaro aparecía a menudo entre treinta y sesenta pies de ancho; pero el agua nunca sobrepasó las rodillas de nuestros caballos. El valle pronto se ensanchó. Dejamos su corriente y cabalgamos por fructíferas tierras vestidas de pródigas cosechas de trigo y lino.


Bibliografía:

GARRIDO DOMÍNGUEZ, Antonio. "Viajeros del XIX cabalgan por la Serranía de Ronda. El camino inglés". Editorial La Serranía SLL. Ronda, Málaga. Julio 2016.


https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/hoskins-george-alexander/7cf95af9-36b7-43b3-83be-ad1a0a228703


http://www.griffith.ox.ac.uk/gri/4hoskins_morkot.html

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