A las afueras de Ronda, en el camino de la Virgen de la Cabeza se encuentra los restos de la Villa Apolo, siendo conocida por la mayoría de los rondeños como "Casa Rúa".
A principios del siglo XX, el Maestro de obras Rúa comenzó las obras de esta casa de veraneo. En un principio no iba a contar con la pista de tenis y la piscina que finalmente se hizo y que terminaron siendo los símbolos de aquella de aquella hermosa construcción, cuando en aquella época era todo un lujo tener una casa de esas características, además fue la primera casa de campo de Ronda en tener electricidad.
Con un diseño acertado, con una entrada señorial y con una distribución que contaba con todas las comodidades, teniendo en cuenta en la época en la que se construyó. El proyecto de construcción albergaba otras dos casas que no se llegó a construir. En el año 1914 se terminaron las obras.
El fotógrafo Miguel Martín plasmo con su cámara de fotos la casa en su máximo esplendor.
En los años 50 la casa cambió de propietario. Fue Don José Hens de origen austriaco y afamado médico procedente de Córdoba y su esposa Doña Apolonia Tienda, y de hay pasó a llamarse "Villa Apolo". Ellos fueron lo que posteriormente construyeron la pista de tenis y la piscina.
Según cuentan algunas personas que los conocieron decían que tenían varios hijos con grandes dotes para cantar y tocar instrumentos musicales. De hecho en la casa llegaron a tener dos pianos, imagen que se quedaba grabados en la mente de los rondeños que por allí pasaron.
Desde un principio la casa contaba con un sistema bastante rudimentario para abastecerse de agua, a pesar de tener esa imagen de mansión. El pozo del que se extraía el agua se encontraba en la torre que hay próxima a la vivienda junto a la cornisa. Mediante el desnivel el agua llegaba a un pozo, que estaba protegido con una reja para que nadie pudiera caer a su interior. Mediante una bomba eléctrica el agua era conducida a un gran deposito que estaba en la azotea para que se almacenara y posteriormente se distribuyera por toda la vivienda. Sobre la mencionada piscina la recuerdan que era bastante moderna moderna para la época, y las pista de tenis de cemento.
El abastecimiento de la electricidad desde el Barrio de San Francisco. Comenzaba de un poste de madera que se encontraba al comienzo del camino de Los Molinos que desciende hasta la central eléctrica. Dicho tendido eléctrico iba desde el Barrio de San Francisco hasta la Villa Apolo mediante varios postes.
Según cuenta, se celebraban bodas, comuniones y fiestas de sociedad. Contaba con una capilla en la parte baja de la casa que se entraba por el jardín. En verano de cada año venía un sacerdote francés y oficiaba la misa en latín. En dicha planta baja también se encontraba las estancias del personal de servicio, dichas estancias no se comunicaba con la vivienda principal.
La entrada principal, que se accede por una escalera, se llega una estancia con una hermosa cristalera.
Su último propietario, Don José María Sánchez Robles y Tarín, hizo unos cambios en la década de los 80. Siendo su proyecto un hotel de lujo con una zona residencial, que es cuando dio comienzo los litigios con el Ayuntamiento de Ronda y/o la Junta de Andalucía.
La torre que se encuentra junto a la cornisa fue construida por los franceses cuando ocuparon Ronda en la Guerra de Independencia. Su función es de torre vigía, principalmente controlar desde la distancia el paso por el Puente Nuevo. Por tanto tiene un valor histórico. Finalmente se utilizo como torreta de electricidad.
Dicho emplazamiento también cuenta con una leyenda negra de finales del siglo XX. Cuenta que en la anterior familia, la familia Rúa, contrataba los servicios de varias niñeras para el cuidado de sus hijos. Pero para la desgracia de la familia, un día se perdió una de sus hijas que no llegaban a encontrar a pesar de todos los esfuerzos que las autoridades pusieron. En una de esas noches los padres no encontraban a una de las niñeras en la casa y comenzaron la búsqueda en el entorno de la casa y no fue hasta que llegaron a la torre donde se encontraron con un macabro escenario, a su hija desaparecida descuartizada en un barreño y empapada en su propia sangre, entrando en estado de shock por tan dramático escenario, ni la policía ni los detectives que habían contratado no pudieron resolver el crimen. Ni con el asesino, ni con la niñera. Por tan terrible perdida de manera tan rocambolesca. Se cuenta que en ocasiones se ve a una niña merodear por la zona a la que se le escucha pedir venganza.
Toda leyenda tiene un comienzo en un hecho real, pero con el tiempo se suele distorsionar y, lamentablemente los hay que añaden residuos a la historia.
Hoy en día, y desde hace ya bastante décadas que se encuentra en un estado ruinoso y de hace pocos años han puesto una verja en la entrada para evitar la entrada.