Situado
entre los valles del Guadalteba y Turón se encuentra el Cerro de Las
Aguilillas, que afloró hace unos 25 millones de años por la presión
que produce el contacto geológico entre las placas africana y
europea, produciendo un levantamiento de los fondos marinos y la
emersión de las Sierras Béticas. El desagüe de todo el mar
interior se realizó por el paleo-estrecho del El Chorro, lo que dio
origen del Desfiladero de los Gaitanes. Este punto confluyen tres
cuencas o valles: la del Guadalhorce que viene de la depresión de
Antequera, la del Guadalteba que tiene su origen en la Serranía de
Ronda y la del Turón que nace en las Sierra de las Nieves.
Estos
son los tres ríos que han terminado de erosionar los cañones del
Desfiladero de los Gaitanes. La confluencia de los tres valles se
realiza sobre montañas de areniscas y conglomerados de época
Mioceno.
Actualmente
el Cerro de Las Aguilillas tiene una altura máxima de 502 metros
sobre el nivel del mar. La situación privilegiada del enclave sobre
los valles, le da un valor estratégico que no escapó a las
sociedades prehistóricas.
Se descubrió a finales de la década de los 80 y fue estudiada
en 1991, posteriormente, en los meses de enero y febrero de 1994
se realizo una excavación con carácter de urgencia por un
equipo arqueológico compuesto por los siguientes investigadores:
María del Mar Espejo, José Ramos, Ángel Recio, Emilio Martín,
Pedro Cantalejo, Vicente Castañeda, Manuela Pérez, Juan José
Duran, Isabel Cáceres y Milagros Macías. Con la colaboración de la
Escuela Taller Parque Ardales, Ayuntamiento de Ardales, Ayuntamiento
de Velez-Málaga, Diputación de Málaga, Universidad de Cádiz y el
Instituto Tecnológico Geominero de España.
De
las investigaciones arqueológicas y antropológicas se deducen los
siguientes datos científicos:
Se
han documentado restos de 51 personas (repartidos en porcentajes
parecidos de hombres y mujeres). Siendo la edad más frecuente de
muerte es alrededor de los 40 años. Aunque hay más de 12 con edad
inferior a los 15 años de edad.
Todos
los enterramientos estudiados son de segunda deposición. Las
Aguilillas fueron una serie de panteones con osarios.
En
las poblaciones que usan la necrópolis se documentan dos grupos
raciales. Uno de ellos pudiera venir de zonas centro europeas, el
otro, probablemente, procedan de poblaciones más autóctonas. Los
enterramientos de ambos grupos están mezclados.
De
todos los estudios y análisis realizados se desprende que la
necrópolis fue construida y usada durante casi dos siglos, entre
3.900 y 4.100 años antes del presente.
Estos
valles y montañas estuvieron ocupados desde el Paleolítico, como
lo demuestran las numerosas herramientas de caza abandonadas en las
orillas de los ríos y las pinturas y grabados que se conservan en
la Cueva de Ardales.
Hace
más de 7.000 años, las primeras tribus y agriculturas se asentaron
por estos valles, ocupando los territorios fértiles y los pastos de
montaña de la Comarca de Guadalteba. Conforme avanza el tiempo este
territorio se fue constituyendo como un lugar de paso entre los
llanos de Antequera y la Serranía de Ronda, entre el litoral del
Mediterráneo y el Valle del Guadalquivir. Las poblaciones que
vivían en este enclave, ya conocían el metal y habían
desarrollado una economía que explotaba la tierra y criaba los
animales sin abandonar la caza.
Esta
naciente sociedad de clases es la que construyó las tumbas en Las
Aguilillas, una serie de panteones familiares agrupados que se
convirtió en una necrópolis. Un cementerio en un lugar
centralizado, cercano a sus hábitats y poblados. Siendo excavadas
en roca de arenisca hace 4.000 años.
ASPECTOS
ARQUITECTÓNICOS
Las
estructuras 1, 2 y 3 conforman un conjunto de gran interés
arquitectónico, siendo en los tres casos labrada en la arenisca con
picos de piedra de las que se pudieron estudiar más de doscientos.
Con estas herramientas de canteros, recuperadas en el entorno de las
tumbas, se realizaron todas las estructuras de la necropólis. En
dos de las tumbas son muy evidentes los corredores de acceso y el
empleo de losas de cierre de las que han quedado las ranuras de
apoyo.
La
tumba 1 ha llegado a nosotros incompleta o, sencillamente presenta
los restos de una cámara y dos nichos.
La
tumba 2 tuco corredor, un nicho en la antecámara, en su origen
cubiertos por losas conformando una falsa cúpula y una gran cámara
central, con dos nichos laterales.
La
tumba 3 conserva un corredor y tuvo una pequeña antecámara,
cubierta también con losas dispuestas en aproximación de hiladas y
una cámara circular carente de nichos. En el suelo se observa una
ranura para encajar una gran losa.
SOBRE
LOS RITUALES DE ENTERRAMIENTOS
Las tumbas
situadas en el primer sector fueron recuelas, en parte, durante la
Guerra Civil Española, usadas como refugio de las tropas
republicanas. Sin embargo, no supuso un saqueo arqueológico, pues
durante las excavaciones, se recuperaron centenares de objetos
prehistóricos y en muchos sectores (corredores, antecámaras y
nichos) los estratos no habían sido alterados.
El ritual que
se practicó incluía el deposito de restos óseos humanos en las
cámaras y nichos, acompañados de numerosos ajuares funerarios,
consistentes en la inclusión de vasos cerámicos y herramientas
sílex. Nunca se enterró un cadáver, solos los huesos. Lo que
supone que, en la practica, debieron existir necrópolis de primera
inhumación asociadas a las aldeas que recibirían los cadáveres
tras su muerte y que estas tumbas de Las Aguilillas eran usadas como
panteones, colectivos de distintos grupos tribales acantonados en los
valles del Guadalteba y el Turón.
Entre
los restos arqueológicos, destacan: un betilo de piedra (amuleto en
forma de huevo gigante) y más de doscientos picos de canteros
agrupados en la zona de entrada de la tumba 2.
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UN
RECUERDO PARA OLVIDAR
Durante
el otoño/invierno de 1936, las tropas nacionales sitian la
provincia de Málaga y se establecen en la población de Peñarrubia,
desde allí intentan la toma del Pantano de El Chorro y el pueblo
de Ardales. Un destacamento del ejército republicano, desde
el Cerro de Las Aguilillas organiza la defensa del frente.
El
grupo, a cargo de un capitán, se atrinchera en el entorno de las
tubas prehistóricas, aprovechándolas, en algunos casos, como
refugios o nidos de ametralladoras.
El
empuje de la ofensiva contra Málaga llega a su punto más
beligerante a finales del mes de enero de 1937. En la ofensiva
contra el pantano de El Chorro, la batalla se cobra la vida de cinco
militares republicanos. A partir de este momento, la tropa
republicana se repliega al pueblo de Ardales y abandona el Cerro de
Las Agulillas.
Durante
las excavaciones arqueológicas desarrolladas a principios de 1994,
se encontraron algunos objetos pertenecientes a los soldados
republicanos. Son recuerdos para olvidar. Sin embargo, sirven para
reflexionar sobre la vida y la muerte en todas las épocas de la
humanidad, hace cinco mil años o hace ochenta.
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Nota:
los textos se han sacado de los paneles informativos que hay en el
transcurso del recorrido.