El recorrido transcurre por una sierra poco conocida, sin embargo con historia.
Mirando al sureste se encuentra el Tajo del Escribano, dominando la Campiña de Hardales, se encuentra unas ruinas de unos antiguos muros en un lugar llamado el Abrigo de la Campana.
Se
deleita de una privilegiada situación en una apartada comarca
malagueña de fértiles valles y montañas ganaderas al igual que sus
vecinos Bobastro y la Serranía de Ronda.
Donde
la vida campesina seguía girando a laboriosas alquerías esparcidas
por el campo, que continuaron su proceso de ir mejorando en bienes de
cara a una vida más holgada. Sólo en contadas aisladas ocasiones se
veían soldados yendo, viniendo o huyendo durante el desmoronamiento
del califato de Córdoba entre los años 1009 a 1031.
Fue
uno de los testigos mudos de las actuaciones de Kabbáb
ibn Tamit, que tras la muerte del taifa Bádis, un bereber de la
tribu sinháya, se hizo gobernador y “señor” de
Archidona y Antequera y se dedico recorrer la comarca como un
autentico bandolero, saqueando todos los bienes de sus habitantes.
En
la zona de Ortegícar, como el resto de la comarca, las
disponibilidades agrícolas no eran en absoluto ínfimas, sufrían
los robos de Kábbab. En esa época, quienes vivían y
trabajaban dicha zona eran los de la 5ª y 6ª generaciones de los
descendientes de los rebeldes del territorio de Bobastro.
Ante los robos de Kábbab, el nuevo y joven señor de Granada, 'Abd Alláh en cuya taifa se incluían Archidona y Antequera, lo destituyó; y Kábbab, como respuesta, se alió con el taifa de Sevilla.
Una
sierra que estuvo ligada a la ciudad de Bobastro, proporcionando
cantidad de víveres de tierras tan fértiles.
La
mayoría de los textos pertenece a los libros
de “Bobastro” y “Historia
mediaval de la tierra de Málaga” donde se podréis
encontrar bastante información detallada, ambos del mismo autor:
Francisco Ortiz Lozano.
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