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domingo, 6 de mayo de 2018

NECRÓPOLIS DE LAS AGUILILLAS




  Situado entre los valles del Guadalteba y Turón se encuentra el Cerro de Las Aguilillas, que afloró hace unos 25 millones de años por la presión que produce el contacto geológico entre las placas africana y europea, produciendo un levantamiento de los fondos marinos y la emersión de las Sierras Béticas. El desagüe de todo el mar interior se realizó por el paleo-estrecho del El Chorro, lo que dio origen del Desfiladero de los Gaitanes. Este punto confluyen tres cuencas o valles: la del Guadalhorce que viene de la depresión de Antequera, la del Guadalteba que tiene su origen en la Serranía de Ronda y la del Turón que nace en las Sierra de las Nieves.
Estos son los tres ríos que han terminado de erosionar los cañones del Desfiladero de los Gaitanes. La confluencia de los tres valles se realiza sobre montañas de areniscas y conglomerados de época Mioceno.

   Actualmente el Cerro de Las Aguilillas tiene una altura máxima de 502 metros sobre el nivel del mar. La situación privilegiada del enclave sobre los valles, le da un valor estratégico que no escapó a las sociedades prehistóricas.


           


   Se descubrió a finales de la década de los 80 y fue estudiada en 1991, posteriormente, en los meses de enero y febrero de 1994 se realizo una excavación con carácter de urgencia por un equipo arqueológico compuesto por los siguientes investigadores: María del Mar Espejo, José Ramos, Ángel Recio, Emilio Martín, Pedro Cantalejo, Vicente Castañeda, Manuela Pérez, Juan José Duran, Isabel Cáceres y Milagros Macías. Con la colaboración de la Escuela Taller Parque Ardales, Ayuntamiento de Ardales, Ayuntamiento de Velez-Málaga, Diputación de Málaga, Universidad de Cádiz y el Instituto Tecnológico Geominero de España.
   De las investigaciones arqueológicas y antropológicas se deducen los siguientes datos científicos:
  • Se han documentado restos de 51 personas (repartidos en porcentajes parecidos de hombres y mujeres). Siendo la edad más frecuente de muerte es alrededor de los 40 años. Aunque hay más de 12 con edad inferior a los 15 años de edad.
  • Todos los enterramientos estudiados son de segunda deposición. Las Aguilillas fueron una serie de panteones con osarios.
  • En las poblaciones que usan la necrópolis se documentan dos grupos raciales. Uno de ellos pudiera venir de zonas centro europeas, el otro, probablemente, procedan de poblaciones más autóctonas. Los enterramientos de ambos grupos están mezclados.
  • De todos los estudios y análisis realizados se desprende que la necrópolis fue construida y usada durante casi dos siglos, entre 3.900 y 4.100 años antes del presente.
    Estos valles y montañas estuvieron ocupados desde el Paleolítico, como  lo demuestran las numerosas herramientas de caza abandonadas en las orillas de los ríos y las pinturas y grabados que se conservan en la Cueva de Ardales.
    Hace más de 7.000 años, las primeras tribus y agriculturas se asentaron por estos valles, ocupando los territorios fértiles y los pastos de montaña de la Comarca de Guadalteba. Conforme avanza el tiempo este territorio se fue constituyendo como un lugar de paso entre los llanos de Antequera y la Serranía de Ronda, entre el litoral del Mediterráneo y el Valle del Guadalquivir. Las poblaciones que vivían en este enclave, ya conocían el metal y habían desarrollado una economía que explotaba la tierra y criaba los animales sin abandonar la caza.
    Esta naciente sociedad de clases es la que construyó las tumbas en Las Aguilillas, una serie de panteones familiares agrupados que se convirtió en una necrópolis. Un cementerio en un lugar centralizado, cercano a sus hábitats y poblados. Siendo excavadas en roca de arenisca hace 4.000 años.
    ASPECTOS ARQUITECTÓNICOS
       Las estructuras 1, 2 y 3 conforman un conjunto de gran interés arquitectónico, siendo en los tres casos labrada en la arenisca con picos de piedra de las que se pudieron estudiar más de doscientos. Con estas herramientas de canteros, recuperadas en el entorno de las tumbas, se realizaron todas las estructuras de la necropólis. En dos de las tumbas son muy evidentes los corredores de acceso y el empleo de losas de cierre de las que han quedado las ranuras de apoyo.
  • La tumba 1 ha llegado a nosotros incompleta o, sencillamente presenta los restos de una cámara y dos nichos.
  • La tumba 2 tuco corredor, un nicho en la antecámara, en su origen cubiertos por losas conformando una falsa cúpula y una gran cámara central, con dos nichos laterales.
  • La tumba 3 conserva un corredor y tuvo una pequeña antecámara, cubierta también con losas dispuestas en aproximación de hiladas y una cámara circular carente de nichos. En el suelo se observa una ranura para encajar una gran losa.  

   
  • SOBRE LOS RITUALES DE ENTERRAMIENTOS
       Las tumbas situadas en el primer sector fueron recuelas, en parte, durante la Guerra Civil Española, usadas como refugio de las tropas republicanas. Sin embargo, no supuso un saqueo arqueológico, pues durante las excavaciones, se recuperaron centenares de objetos prehistóricos y en muchos sectores (corredores, antecámaras y nichos) los estratos no habían sido alterados.
       El ritual que se practicó incluía el deposito de restos óseos humanos en las cámaras y nichos, acompañados de numerosos ajuares funerarios, consistentes en la inclusión de vasos cerámicos y herramientas sílex. Nunca se enterró un cadáver, solos los huesos. Lo que supone que, en la practica, debieron existir necrópolis de primera inhumación asociadas a las aldeas que recibirían los cadáveres tras su muerte y que estas tumbas de Las Aguilillas eran usadas como panteones, colectivos de distintos grupos tribales acantonados en los valles del Guadalteba y el Turón.
    Entre los restos arqueológicos, destacan: un betilo de piedra (amuleto en forma de huevo gigante) y más de doscientos picos de canteros agrupados en la zona de entrada de la tumba 2.    








  •               





















    UN RECUERDO PARA OLVIDAR
      Durante el otoño/invierno de 1936, las tropas nacionales sitian la provincia de Málaga y se establecen en la población de Peñarrubia, desde allí intentan la toma del Pantano de El Chorro y el pueblo de  Ardales. Un destacamento del ejército republicano, desde el Cerro de Las Aguilillas organiza la defensa del frente.
      El grupo, a cargo de un capitán, se atrinchera en el entorno de las tubas prehistóricas, aprovechándolas, en algunos casos, como refugios o nidos de ametralladoras.
      El empuje de la ofensiva contra Málaga llega a su punto más beligerante a finales del mes de enero de 1937. En la ofensiva contra el pantano de El Chorro, la batalla se cobra la vida de cinco militares republicanos. A partir de este momento, la tropa republicana se repliega al pueblo de Ardales y abandona el Cerro de Las Agulillas.
      Durante las excavaciones arqueológicas desarrolladas a principios de 1994, se encontraron algunos objetos pertenecientes a los soldados republicanos. Son recuerdos para olvidar. Sin embargo, sirven para reflexionar sobre la vida y la muerte en todas las épocas de la humanidad, hace cinco mil años o hace ochenta.














Nota: los textos se han sacado de los paneles informativos que hay en el transcurso del recorrido.

domingo, 25 de marzo de 2018

BANDA MORISCA

   Durante el transcurso del siglo XIII, especialmente a mediados del mismo, las grandes conquistas militares llevadas a cabo por Fernando III y Alfonso X en el valle del Guadalquivir de manera paulatina y sistemática ocupación e integración de estas nuevas tierras a la Corona de Castilla dónde se había originado el “nacimiento de Andalucía” y también el definitivo establecimiento del reino nazarí de Granada. El resultado de todo ello fue le existencia de una primera frontera entre ambos reinos, no sólo fue territorial y política sino cultural, lingüística, religiosa y etc.


   Esta primera frontera sufrió diversas modificaciones durante los reinados de Sancho IV, Fernando IV y Alfonso XI. Pero en la muerte de este último monarca en 1350 fue cuando la frontera nazarí de Granada fue encontrando paulatinamente ciertos causes de estabilización y fijación geográfica que perduraron en lineas generales hasta el inicio de la Guerra de Granada a finales del siglo XV.
   En cualquier caso, un análisis de su ubicación geográfica resultaría bastante complejo. Dos factores contribuyen a ello:

1º – La inexistente linea geográfica fronteriza, tal y como la conocemos hoy, apoyada con la precisión sobre los accidentes naturales.

2º – La creciente movilidad fronteriza durante el reinado de Alfonso XI hasta 1344.
Efectivamente, una extensa tierra de nadie despoblada, tanto en el reino nazarí de Granada y el reino de Castilla, sometida por las acciones militares destructivas de los ejércitos castellanos y nazarí constituía lo que podría ser una frontera viva y real de los dos reinos, “La Banda Morisca”.





ENTRADA AL CASTILLO DE AZNALMARA, JUNTO A SIERRA MARGARITA

  A niveles locales, es decir, cada pueblo, aldea o castillo conocía perfectamente donde terminaba la jurisdicción de su territorio y donde comenzaba la del vecino al otro lado de la frontera. Pero en la práctica, la teórica delimitación apenas si era respetada, ocasionalmente había algún accidente geográfico importante, como un río, un monte o valle que contribuía en aclarar la delimitación de los respectivos términos fronterizos, pero cuando esto carecía se dejaba al arbitrio de los “cristianos viejos” o de los “moros viejos” en su caso, pero esto no evitaba que se dieran casos de graves fricciones fronterizas entre unos y otros.
   Aproximadamente la frontera castellano-nazarí arrancaba en las proximidades del Estrecho de Gibraltar, en torno a la desembocadura del río de Palmones, dicha posesión castellana era evidente tras la conquista de Algeciras en 1344; y del río Guadarranque, cuyo control era entonces dudoso tras la perdida en 1333 de la plaza de Gibraltar y el intento fallido de su recuperación en 1350. Por la desembocadura de ambos ríos, ascendía la frontera hacia el Norte por la Sierra de Montecoche pasando por el Puerto Yegua y Puerto Gáliz hasta el río Guadalete, a la altura de Sierra Margarita la frontera abandona paulatinamente la dirección Norte para tomar una clara orientación al Este, paralela a las primeras estribaciones de la ladera más septentrional de la Serranía de Ronda, cuyas cotas de altitud lejos quedan del control cristiano. A la altura del río Guadalteba y el río Yeguas la frontera va a tomar, salvo en raras excepciones, una constante dirección noroeste, es decir, por Los Llanos de Antequera y las Sierras del Humilladero, de hay se extiende una amplia tierra de control incierto hasta el río Genil. Pasando la frontera al Sur de Benamejí, Rute y Priego hasta Locubin y Alcalá la Real; por Sierras de Halconera y Albayate (conquistadas y ocupadas hacia 1341) y también por el valle del río Guadalbullón hasta las alturas de Sierra Magina y de hay pasa paralela al Sur de las estribaciones de las agrestes Sierras de Segura y Cazorla entrando en el territorio de Murcia.


VISTA DEL PATIO DESDE LA TORRE HOMENAJE


CASTILLO DE COTE
TORRE DE FORTALEZA

INTERIOR DEL CASTILLO DE COTE. UNO DE LOS VENTANUCOS SITUADO EN EL ABSIDE

DETALLE DE LA TERMINACIÓN DEL TECHO.

EL CASTILLO DE COTE ES DE ÚNICA CONSTRUCCIÓN EN TODA LA PENÍNSULA ÍBERICA, SOLO HAY OTRA DE SIMILAR EN FRANCIA.
    En esta frontera aquí descrita se encontraba la primera y compleja linea defensiva del reino de Castilla que estaban formadas por torres, castillos rurales y atalayas.


CASTILLO DE OLVERA


HABITACIÓN PRINCIPAL SITUADA EN LA TORRE HOMENAJE




Las fotos que aquí acompañan son de algunos castillos que se encontraban en la campiña sevillana.