miércoles, 15 de abril de 2020

PATRITE, PARQUE NATURAL LOS ALCORNOCALES


Hay algo, en la austera presencia del paisaje español que hiere el alma con un sentimiento cercano a lo sublime.

Whashington Irving



Es uno de esos rincones que dentro de la magia envolvente, te fascinan. Un lugar solo para el paso de bandoleros que quieren pasar por dicho entorno sin ser visto y disfrutar de un entorno con unas increíbles formaciones de lo más caprichosas sobresaliendo por un bosque de lo más denso, cada una moldeado por la magistral mano de una bella e inteligente naturaleza.
Desde el comienzo del caminar por senderos de lo más exuberante eramos testigos y foco de las miradas de los buitres que allí moraban. Conformes avanzábamos nuestros pasos encontramos alguna que otra edificación que tuvieron mejor vida y algunas zonas de pasto para la ganadería vacuna con sus miradas fijas hacia nosotros, pilares titánicos a los que ni a Hércules pasaría desapercibido. Después de disfrutar de un breve camino dócil nos internamos en una zona en la que solo los más atrevidos se atreven, gracias a la gran compañía que llevaba ese día como guía, mi apreciado amigo Isi. 



















Dicho día, nuestro propósito era de ver dos formaciones rocosas de lo más singular, un conjunto de lajas que sobresalían del lujurioso bosque siendo una de las que están en la parte superior tiene un orificio con un circulo perfecto y el otro a poca distancia al que llaman el Borbón por su parecido al rey Juan Carlos I, otros que un guerrero con su casco, ambos casos son aceptables, sin duda es un “capricho” de la madre naturaleza.
También vemos en algunas covachas con restos de pinturas de los moradores que allí dejaron sus huellas hace miles de años donde solo.




























PINTURAS RUPESTRES

ASA DE LA CARDERA





EL BORBÓN O EL GUERRERO








miércoles, 8 de abril de 2020

TARTESSOS, UNA CIVILIZACIÓN ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD.



No desearía ni el cuerno de Amaltea ni reinar ciento cincuenta años en Tartessos”
Estrabón (Geografía III, 2, 14)




Toponimia y territorio
Tartessos, del latín Tartessus. Pero es origen helénico, es decir, de procedencia griega.
El griego Heródoto, considerado el primer historiador, lo menciona en su obra Historia. Él, como posteriormente otros historiadores griegos y romanos también los menciona. Es este nombre heleno Tartessos el que se le ha puesto porque todos los escritos que hay sobre ellos son griegos y romanos, siendo los fenicios la primera civilización extranjera que tuvieron contacto, pues los Tartessos no dejaron escrito alguno, o si lo dejaron no han sobrevivido, siendo los únicos que han llegado hasta la fecha los de las otras culturas. De Tartessos solo han quedado algunas estructuras.
El trabajo de los historiadores para reconstruir la historia de Tartessos y encontrar la urbe ha sido y sigue siendo bastante complicada, lo que le ha llevado a esta situación que conforme el paso del tiempo esta civilización se ha mezclado con los siglos entre historia y enigma con realidad y mitología.
Por lo que se sabe hoy en día los límites fronterizos de Tartessos son muy difusos, pero se puede afirmar que el núcleo de esta civilización ocupaba el Bajo Guadalquivir y su área circundante, donde se desplegaría su influencia, es decir, se ubica en la zona sur-occidental de la Península Ibérica, extendiéndose aproximadamente por las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, pero también mantenían relaciones con sus vecinos, sobre todo hacia el oriente peninsular, llegando incluso hasta Córdoba.
Son datos que se han podido recoger mediante las investigaciones y excavaciones arqueológicas que se han ido realizando en otros yacimientos en el interior y que también se ha detectado que tenían contacto muy fluido con los fenicios.
Sobre los escritos referentes a Tartessos, según el origen podía referirse a un río, un territorio o una ciudad.
Referente al río, se hace entender que es el Guadalquivir. En torno al siglo VII a. C. comenzaron a llegar navegantes griegos al río Tarsis, por atravesar el reino de Tartessos y de hay la depresión del río le llamen Tartessos, de hay que halla un disentimiento de que el entorno se llama igual que el río que lo atraviesa o viceversa, mientras otros se inclinan en que fue una ciudad que se encontraba en la desembocadura del río.

¿Que fuentes escritas aparecen los Tartessos?
La biblia era uno de ellos, pero en el sentido geográfico, pero en este caso es una cuestión muy tratada y debatidas por los investigadores si el nombre de Tarsis que menciona la Biblia con cierta frecuencia, se refiere a Tartessos o no. Cuando aparece la palabra Tarsis en la Biblia sitúan la ciudad en ocasiones en Oriente y otras en Occidente. Es algo que todos los investigadores no estar de acuerdo con ello. Pues no es la primera vez que diferentes ciudades coincidan con su topónimo.
En algunos de ellos son mencionados por los exóticos productos que allí compran, como los que escriben en el primer libro de los Reyes: 
“Pues la flota del Rey se hacía a la vela, e iba a la flota de Hiram una vez cada tres años a Tarsis a traer de allí oro y plata, y colmillos de elefante, y mono, y pavo reales”
(I Reyes 10, 22)

En otros escritos que mencionan se corresponden más con los Tartessos de la Península Ibérica, como la del libro de Ezequiel, cuando en su segunda profecía contra Tiro afirma: 
“Los de Tarsis comerciaban contigo, henchían tus mercados con gran copia de toda suerte de riquezas: de plata, de hierro, de estaño y de Plomo. Grecia, Túbal y Mosoc también negociaban contigo, trayendo a tu pueblo esclavos y artefactos de cobre”
(Ezequiel 27, 12-13)



En todas aquellas fuentes escritas que de un modo u otro mencionan a Tartessos son numerosas, siendo en unas con pocas referencias y de validez reducida con tan poca información que hace difícil el trabajo a los historiadores. Y en otras referencias son simplemente míticas, y aunque a través de dicho mito en ocasiones han procurado desentrañar parte de la realidad, ha sido algo que han arrojado más de confusión que claridad a los problemas historio-gráficos abiertos. En este caso de Tartessos mitológico, hacemos referencia aquellas historias que nos dejaron en los escritos los griegos y que han llegado hasta hoy. Sin duda este tipo de relatos mitológicos los que más han favorecido un crecimiento enigmático a su interpretación. Sin embargo, siempre tras un examen detallado y riguroso, dicho mito puede ser utilizado por los historiadores para la reconstrucción histórica de un pueblo, ya que los relatos mitológicos siempre encierran una parte de realidad.

Los Antepasados de los Tartessos
Para saber de una civilización, hay que ir a sus orígenes, sus antepasados. Una civilización no aparece de la noche a la mañana, de forma espontanea en un lugar en concreto. Tiene un proceso, una cadena de transformaciones. Por esta razón y procurar entender mas a una civilización, el crecimiento histórico siempre profundiza en las causas y en las consecuencias de los acontecimientos. Hay que retroceder hasta la Edad del Bronce Final, mientras que otra sección de la investigación consideran que los Tartessos se formaron con la llegada de los fenicios, es un debate que difícilmente se llegue a un acuerdo, pero parece evidente que los indígenas que habitaban en aquella zona, la depresión del Guadalquivir, fue de interés para los fenicios y posteriormente para los griegos y por supuesto las riquezas naturales que allí había. Con el comienzo de las colonias fenicias es cuando los investigadores llaman el comienzo de la Edad del Hierro y fue por lo tanto la interacción entre Tartessos y fenicios, hizo a una civilización, a Tartessos, más compleja. El Bronce Final, se convierte en la etapa inmediatamente anterior a la llegada de los colonizadores fenicios, cuya cronología desde los últimos momentos del segundo milenio antes de Cristo hasta los primeros siglos del primer milenio, es decir, durante el cambio de milenio. Pero hay que tener en cuenta que en fechas, los límites no son rígidos, es bastante difícil establecer una fecha precisa de inicio, y en cuanto al final de este período llegaría el siglo VIII a. C. lo que lleva a que sería realmente importante estudiar los siglos X y IX ya que son los que determinan lo que los fenicios se encontraron al llegar a las costas del suroeste peninsular.
A partir del siglo VIII a. C. las colonias establecidas verdaderas ciudades llena de actividad, a lo que hacer mantener con otras sociedades mediterráneas las relaciones sean permanentes y constantes, pero no eran contactos nuevos los que tenían, ya se producían, pero de un modo más esporádico.




sábado, 21 de marzo de 2020

PASOS LARGOS, UNA VIDA EN LA SIERRA


¡A Pasos Largos le cogeréis muerto como a Flores Arrocha! ¡Y tened cuidado, porque quiero cobrarme la cuenta!



Para procurar conocer la vida del que dicen fue el último bandolero, hay que tener en cuenta el significado de la palabra “bandolero”, uno de las tres significado es: bandido, ladrón o salteador, que en solitario en grupo solía robar en despoblados o en zonas concretas de caminos. Todos los bandoleros tenían en común que hacían sus vidas en la sierra, huidos de la justicias por diferentes motivos.
En el caso de Juan José Mingolla Gallardo (1873 – 1934), alias Pasos Largos, habría que retroceder poco más de dos décadas al pueblo de Setenil de las bodegas, de donde era natural su padre Cristóbal Mingolla Ramírez, el abuelo Santiago Mingolla Porras y bisabuelo Cristóbal Mingolla Retamero, siendo conocidos los tres y cada uno como “Tobalillo sin pena”, abuelo y bisabuelo lo que hacia honor a la manera de reír y que no se le conocía sufrimiento alguno, al menos de lo que por fuera se ve. Pero al bisabuelo y al abuelo también se les conocía con el apodo de Pasos Largos, puesto que era por su manera de andar, con zancadas largas y seguras, y que cayendo en desuso al morir el bisabuelo y abuelo. Pues su padre solo tenía el apodo de Tobalillo.
Cristóbal Tobalillo, se quedo huérfano a muy temprana edad pasando a la tutela de un tío suyo llamado igual que su abuelo paterno, Santiago, propietario de una taberna y barbería, siendo en esta donde donde lo puso de aprendiz en el oficio de la barbería, donde aprendió con rapidez y demostró tener mucha soltura en el oficio, todo lo contrario con la lectura y la escritura. Al cumplir los 18 años, su tío Santiago le dejo en propiedad la barbería. Fue llamado a filas, al cuerpo de infantería con base en Algeciras, pero durante ese tiempo su tío llevaría la barbería durante los tres años que duraba el servicio militar, y al volver vio como se había consumido su tío al que al poco tiempo murió dejándole nuevamente la barbería más unos ahorros. Cristóbal no era igual de fuerte mentalidad que su padre, tío y abuelo cayendo en la bebida y en el que tuvo una desgracia al hacerle un corte en la oreja a un cliente y donde comenzó su declive. Un año, en la romería conoció a la que iba a ser su mujer, Ana.
Ana era prima de una prima lejana de Cristóbal, que fue la que los presento y que se casaron con el consentimiento del padre de ella, la costumbre de la época. Ella vivía con los padres en un cortijo cercano a El Burgo. AL contraer matrimonio ella se vino a vivir a Setenil donde tuvieron su primer hijo, y la vida empezó a sonreír y Cristóbal recupero el prestigio de barbero que llego a tener. Tuvieron un hijo, y conforme avanzaba los meses empezó a complicarse la vida. Cristóbal no era de mentalidad fuerte como su padre y abuelo. El padre de Ana, esposa de Cristóbal, falleció y Ana se tuvo que quedar a cargo de su madre, pero a la negativa retirada de la madre a mudarse a Setenil para quedarse donde siempre vivió, Cristóbal se vio obligado a vender la barbería y la casa que había comprado cuando se caso, se terminaron mudando al Puerto de los Empedrados, cercano a la localidad de El Burgo, donde invirtió el dinero en la renta de una venta. Una vez asentados, la madre de Ana acepto irse con ellos por esta cerca del pueblo, y allí es donde dio a luz a su segundo hijo y el más problemático, el mítico Juan José Mingolla Gallardo apodado Pasos Largos, el que terminó heredando de su bisabuelo y abuelo su forma de caminar, persona largas piernas y amplias zancadas.

La infancia que tuvo era de imaginar, viviendo alejado de más niños de su edad, sin relación social alguna a excepción de la de su familia y las de los que pasaban por allí. Es el campo que le rodea el que le da el entretenimiento. Pero los trabajos de campo, como el de agricultor o cabrero no le atraían para nada en absoluto, en cambio la caza es lo que a él le llenaba, que fue iniciado por su padre y conforme pasaba el tiempo se convirtió, además de su fuente de ingresos, también su diversión y su forma de vida, que termino siendo su perdición y muerte.
PARTE SUPERIOR DEL PUERTO DE LOS EMPEDRADO. A LA DERECHA ES LA VENTA QUE REGENTABA LOS PADRES Y A LA IZQUIERDA ES LA CASA DONDE RESIDÍAN
FOTO: JORGE CASTRILLO

UNA CUEVA EN LAS APROXIMACIONES DEL PUERTO DE LOS EMPEDRADOS. LA PRIMERA QUE SEGURAMENTE REGENTABA EL BANDOLERO.
FOTO: JORGE CASTRILLO ORELLANA

FOTO: JORGE CASTRILLO ORELLANA

UNA VEZ EN EL INTERIOR DE LA ENTRADA A LA CUEVA
FOTO: JORGE CASTRILLO ORELLANA

FOTO: JORGE CASTRILLO ORELLANA

INTERIOR DE LA CUEVA, UNA VEZ QUE SE ADENTRA
FOTO: JORGE CASTRILLO ORELLANA

A los 16 años de edad se ve obligado a otra mudanza, los padres deciden nuevamente a cambiar y se trasladan a otro cortijo para verle más color al trabajo y se van a La Romerosa, cerca del Puerto de los Empedrados. Aún así, Juan sigue en sus creces dando a muchos roces con la familia. Al igual que su padre en su día, el también fue llamado a filas durante tres años, para esa fecha su padre ya había fallecido. Lo destinaron a Cuba, sufriendo toda la severidad de tan desgraciada campaña, siendo lo único que le hace alejarse de su entorno y olvidar sus aficiones temporalmente. Una vez repatriado, Juan, además de exhausto, llega enfermo y moralmente su tristeza no puede ser mayor por haber sido testigo del horror humano que llevan consigo el antojo político. Cuando llega a casa, el panorama que se encuentra no es para nada estimulante, su hermano mayor muerto, el pequeño le habla de casarse y formar una familia, y su madre apenas puede valerse por si misma. Pero lo que peor le sienta, que es lo que le corta toda su independencia será la hacienda, que obligadamente se ve obligado a mantener si quiere seguir subsistiendo. A regañadientes acepta, renegando del trabajo agrícola. Pero al cabo de un tiempo, el fallecimiento de Ana Gallardo, su madre, en 1901, se ve libre de sus ocupaciones en la hacienda y volver a su gran pasión: la caza.
En lo relativo a la caza furtiva, es en lo que se ve forzado hacer para conseguir buenas piezas, él tiene las cosas claras. En el libro Bandoleros en la Serranía de Ronda, de Isidro García Cigüenza, refleja las ideas que tenia Pasos Largos que formo durante su periodo en Cuba y dice:
Los bichos montunos son de todos y de nadie: del que los trinca. No hay castigo por matarlos. Si el dueño de una tierra no quiere cazadores en lo suyo, eche los bichos fuera. Si no los echa y alguien entra allí a cazar, no hay castigo. Si lo que quiere el dueño es guardar los bichos para cazarlos él solo, que pague. Lo que se saque lo repartan entre los que se perjudican no entrando allí a cazar.
Si a un hombre lo trincan cazando donde lo del otro hombre que ha pagado para que nadie entre en lo suyo, castigo: diez bastonazos. El otro hombre a pagado, nadie debe entrar en lo suyo. Si no lo trincan, sino que el dueño se entera cuando el qué entró anda en lo libre y no en lo suyo, castigo para el guarda de lo suyo: diez bastonazos. Para el que entró no hay castigo: se la jugó y ganó, pagó ya con el miedo. Si el dueño es el guarda, tampoco hay castigo; pago con el berrinche. Al cazador no se le puede quitar el arma: es sus pies y sus manos. Si merece castigo, dale bastonazos, pero no le quites el arma.
Pero Juan José Mingolla alias Pasos Largos, vio para su desgracia como había cambiado las leyes tras su vuelta de Cuba, pues nuevos ricos se han hecho con nuevas propiedades con nuevas cercas y nuevos guardas. Las leyes protegen a las propiedades privadas. El dice que su oficio es tan digno o más como el de un abogado o un militar, porque la naturaleza no se rige por las leyes que imponen los ricos, ya que para él la cacería no es diversión alguna, es su razón de ser.
Fue en la finca del Chopo donde se cometió la traición a Pasos Largos. La finca del Chopo, junto con la del Fuente del Espino, cuyo dueño era José Cantos. La finca del Chopo se la tenía arrendado a Pepe el Tribunero, al que le pregunto si era cierto que Pasos Largos frecuentaba la zona, a lo que Pepe le contesto que era cierto y fue el mismo Pepe el Tribunero el que ideo un plan para atraparlo. Aviso a José Cantos de que llegaría en un par de días y por donde entraría, y el día de los acontecimientos, José y algunos miembros de la Guardia Civil esperaron en una zona en concreto a donde verían llegar a Pasos Largos, y en ese momento dirigirse al cortijo.
En el libro “Bandoleros en la Serranía de Ronda” de Isidro García Cigüenza, dicho sea de paso ha realizado un excelente trabajo con este libro, cuenta de primera mano de como se sucedieron los hechos en su primera detención que le contó un paisano de Pasos Largos.
He aquí una pequeña parte del contenido:
-Puñetas, Juan, esta mañana, con el frío que hace, me cago en diez, ¿por qué no te vienes conmigo y te tomas un poquito de café?
-Pues mira, no me vendría mal -respondería él
Se viene para abajo Pasos Largos...
-Ea, entra para adentro, Juan.
Entran los dos al cortijo y le dice el colono a la mujer, que estaba allí, alrededor de la candela:
-Ponle un poquito de café también aquí a nuestro amigo.
Y allí estaban sentados los tres, el padre, el hijo y Pasos Largos, tomando café.
Claro, como la guardia estaba advertida, cuando lo vieron entrar para el cortijo se dijeron: “Venga, vamos a bajar, ya es seguro que lo tenemos ahí dentro”.
Pues resulta que es cortijo del Chopo, rodeado, no tenía más salida que la puerta del patio y allí estaba amarrado un perrillo que nada más vio venir a la Guardia Civil se puso a ladrar. Entonces, El Tribunero, como quien no sabía nada, se asoma a un ventanuco que allí había y dice:
-Cago en diez, chiquillo, vamos, Juan, que son los guardias, métete ahí en el cuarto.
El cuarto no tenía puerta, nada más que una cortina. Entonces el cabo hizo la pregunta convenida:
-¿Ha aparecido por aquí Pasos Largos?
-No ,señor, por aquí no ha venido nadie.
-¿Y cómo es que hay tres tazas encima de la mesa si sólo estáis dos sentados?
Entonces responde el Tribunero, ya abiertamente:
-Esa es la taza de Pasos Largos que, al escucharnos, se ha colado ahí en el cuarto. Mire, ahí tiene la escopeta y la bolsa la cacería.

Se lo llevaron y más adelante cuenta que lo torturaron y Pasos Largos al estar con los grilletes no pudo defenderse, se lo llevaron a Ronda para encarcelarlo, llegando en muy mal estado, casi muerto. Estuvo aproximadamente un mes en la cárcel, y como carecía de delito alguno, lo soltaron. Fue entonces el mismo día que lo soltaron cuando fue a realizar su venganza.


En el trayecto, cogió una escopeta que tenía escondida y en la proximidades al cortijo de la Fuente del Espino, le salió al paso un conejo al que le dio caza, siendo en la hora del almuerzo, llego a otro cortijo en el que residía una familia que conocía al que ofreció el conejo, se toma un café con ellos brevemente, a lo que les dijo que se tenía que ir porque se iba hacer una buena cacería y que iban a estar un tiempo sin verse.
Fue en busca de el Tribunero, encontrándose primero al hijo de este al que le pegó dos tiros mortales, el padre del difunto, aunque alertado por los disparos no se libro de que Pasos Largos lo sorprendiera y con una herramienta que el Tribunero tenía al lado Juan lo cogió y empezó a golpearlo hasta causarle la muerte. Fue, entonces cuando Pasos Largos se echo al monte.
Una vez en el monte, empezó a adquirir fama y hay gentes que le empieza a imputarle cargos como robos, asaltos a cortijos, amenazas de muerte entre otras cosas. Lo que si cuenta que fue cierto es que sorprendió a dos guardias civiles a los que pudo desarmarlos y que luego se las dio a un zagal para que las entregara a la Guardia Civil y no castigaran a los dos agentes de la ley.
Otra actuación de Pasos Largos que fue muy conocida, fue el secuestro de Diego Villarejo, persona conocida por pertenecer a la clase pudiente de la comarca. Diego Villarejo, fue un agricultor rondeño. El día del secuestro iba acompañado, y cuando iban por un vereón, que precisamente le llamaban de Pasos Largos, donde este estaba allí escondido y le salio al paso. Le pidió sesenta duros si quería ser liberado, a lo que el dijo que no llevaba tal cantidad de dinero encima por lo cual mando al acompañante a que fuera a por el dinero con la advertencia de Pasos Largos de que si no venia con el dinero antes de que se fuera el sol le daría muerte al secuestrado, a lo que finalmente se llevo el dinero más un reloj que llevaba encima y los dejo marchar. Pero por lo visto, Diego no se fue disgustado, porque al paso de un tiempo busco a Juan para que le guardase su finca. Esto no evito que las autoridades pertinentes dieran la voz de alarma y pidieran precaución al salir para no ser secuestrado o asesinado por este bandolero.

Cuando Pasos Largos se entrega:
Este tramo de su vida comienza en un cortijo donde un grupo de gañanes se reunían para comer y en unas de sus conversaciones salo el tema de Pasos Largos diciendo que caminaba por todas partes, y paradojicamente estaba vigilando desde un tejadillo cercano del que nadie se percato de su presencia. En plena conversación saliendo la casera, que en el caso de que apareciera por allí no le daría ni lo más mínimo, que no se le ocurriera aparecer por el cortijo. A lo que aprovecho la mañana siguiente al cortijo, estando la casera completamente sola y arrimando una olla a la candela la sorprende, os transcribo una parte de lo ocurrido:
-Mira -le advirtió él-, no vayas a chillar, que no voy hacerte daño ninguno.
La mujer, ya ves, viéndole de venir quedó blanca como la cera.
-Me ha dicho un pajarito que tú anoche te hartaste buen de decir que si esto y que si lo otro... ¿no es verdad? Pues mira, pa que te hagas un recuerdo mío vas a ir apartando esa olla de la estrebes.
Pasos Largos, cuando la mujer tuvo apartada la olla, gruesa como era, la arremango las enaguas, que entonces las mujeres viejas no usaban bragas, y la sentó de culo en las estrebes poniéndole su sello en los cachetes.
¡ea, y ahora cuando venga tu marido y los gañanes, les dices quién te lo ha hecho!
Bandoleros en la Serranía de Ronda”, Isidro García Cigüenza.

Llegado su marido a casa, se encontró a su esposa chillando una y otra vez, y esa misma noche traspusieron a Montejaque.
Cuentan que Pasos Largos llego a frecuentar la zona del Peñón del Mure, pues al parecer andaba liado con la mujer de un cabrero y que en ocasiones se quedaba a tomar café y a echarse la siesta. Al enterarse esta mujer de lo ocurrido le cogió mucho susto y que los guardias estaban recorriendo todo, ella les contó las visitas que el le hacia a ella y fueron a darle captura. El día de la captura ella le echo al café unas hierbas para que cogiera un sueño más profundo y llegado el momento ella los avisa para que entre, pero por fortuna para Pasos Largos se dio cuenta mientras estaba dormido, pues no le hizo mucho efecto las plantas y notando el ajetreo en el exterior y la casa de la cabrera las paredes estaban hecha de pasto y pudo salir sin que fuera visto. Cuando uno de los guardas llegó a darse cuenta, él ya había cogido mucha ventaja, se fueron en su busca y tras varias insistencias de echándole el alto al que el hizo ningún caso empezaron los tiros dándole uno de ellos en el pie, pero aún así no llegaron a cogerlo al llegar la noche. Según cuenta esto fue un mes de septiembre, llegando le a hincharse mucho el pie y fue en busca de un médico en La Indiana que él conocía, le curo como buenamente pudo, pero no remitía el dolor y el hinchazón del pie, a lo que él médico le aconsejo en varias ocasiones que se entregara, pues el camino que llevaba iba a perder la pierna. Pasos Largos acepto, y el médico fue a Ronda en busca del compadre de Pasos Largos, que regentaba el café Sibajas para que lo viniera y lo llevara al cuartelillo, donde se entrego voluntariamente.
En el año 1932, según la prensa, en el mes de marzo de ese mismo año, coincidiendo con la salida del país del rey Alfonso XIII y la consiguiente proclamación de la II República, fue motivo de dar libertad a muchos presos, entre ellos Juan José Mingolla Gallardo. Al ser puesto en libertad, lo primero que hizo Pasos Largos, fue irse a El Burgo a visitar a su tía María la Paloma.
Enterado de la llegado de Pasos Largos al pueblo Diego Villarejo, le hizo llamar y le ofreció el ser el guarda de su finca, trabajo que solo le duro dos meses, pues él no quería estar debajo de nadie, siendo su idea de seguir siendo rebelde.
Vuelve al monte y a la cazaría furtiva con casi sesenta años. Estando en unos terrenos que se le conocen como cortijo Turón, muy cercano al termino de Ardales, cazo unos cuantos conejos y perdices, y teniendo la faena hecha en una época en el que el calor era abundante, se echo una siesta a la sombre de un quejigo. A eso que aparece el dueño del cortijo, que se llamaba Paco Abela, y al verlo le saluda a lo que Pasos Largos le devuelve el saludo añadiéndole el siguiente comentario: “Qué, ¿estamos descansando?” a lo que Pasos Largos le contesto “Sí, aquí estamos descansando, a la frescura del agua”. No hubo palabras alguna, y llegando al cortijo Turón se encontró a los guardas tomando café junto a su hermano a lo que le rechisto y fueron a buscarlo. Dieron con Pasos Largos en el mismo lugar a lo que el con la Guardia Civil y diciéndole que se diera por preso. Él ni se echo a correr, simplemente se levanto y le pusieron los grilletes y se lo llevaron a Ronda. No tenía permiso y estando la veda echada estuvo un mes preso, pero durante ese tiempo no le pegaron. Una vez echado el mes lo soltaron y ese mismo día se fue para el cortijo de Lifa que era del mismo dueño. Una vez que había llegado, había allí se encontró a un chaval que se asusto al verlo, Pasos Largos le dijo que se tranquilizara que no tenía intención de hacerle daño, le cogió una manta, algunos alimentos y unos cartuchos, al terminar le advirtió al muchacho que mientras estuviera la luz del día que no se le ocurriera salir del cortijo, pues de lo contrario ese era el tiempo que le quedaba de vida. Así hizo el muchacho, espero a que anocheciera y fue cuando salio dirección al pueblo y le comento al pueblo lo sucedido y fue tal clase de miedo que cogió el dueño del cortijo a Pasos Largos que se encerró en su casa en Yunquera y no salía de allí por ningún motivo que fuera. Pasos Largos se echa al monte una vez más.
Después de estos acontecimientos, la Guardia Civil estaba tras la búsqueda y captura de Pasos Largos , a pesar de que era un viejo no daban con él, pasaba el tiempo y todo seguía igual y eso que habían doblado la guardia, pero como no había hecho nada grave, lo dieron por imposible. Fue por otra traición la que hizo que dieran con su paradero. Fue en una de las ocasiones que Juan Mingolla se puso en contacto con tres ceperos, que eran los que les vendían en Ronda todo lo que él cazaba y le hacían los recados de municiones, comida y otras cosas. Dos eran de Jimera de Libar y el tercero era de Ronda al que llamaban Manuel Naranjo, que fue el que dio el chivatazo en uno de los días que fue a Ronda y se entrevisto con Salvador Abela, hermano de Paco Abela, que llevaba aproximadamente un año de encierro en Yunquera. Le pidio, en aquella época 3.000 pesetas por quitar a Pasos Largos de en medio. En ese mismo momento se pusieron un contacto con un teniente de la Guardia Civil para montar un dispositivo para dar captura a Juan José Mingolla Gallardo alias Pasos Largos. Lo localizaron en la Sierra Blanquilla en la cueva Palmito situada en el arroyo del mismo nombre, donde tuvieron un tiroteo dando muerte al bandolero, con dos tiros, uno en el estomago y otro en el pecho atravesándole el corazón. Este hecho, sucedió a finales del mes de marzo de 1934.


Bibliografía:

-Bandoleros en la Serranía de Ronda.
Isidro García Cigüenza. Editorial La Serranía

-Pasos Largos, el último bandolero. (novela)
Salvador Moreno Valencia. Ediciones Alvaeno.